A solo meses del inicio de la administración estatal de Joaquín “Huacho” Díaz Mena, el sistema de transporte público de Yucatán, que hasta hace poco era considerado ejemplo de modernización en el sureste del país, enfrenta un colapso silencioso pero alarmante. La reaparición de camiones antiguos, taxis colectivos improvisados y cobros en efectivo por encima de la tarifa oficial, revelan una profunda desorganización y una grave crisis financiera en el sistema Va y Ven.
La ciudadanía lo está resintiendo en carne propia. Largas esperas, unidades desaparecidas, rutas inoperantes y un alza injustificada en el costo del pasaje son apenas algunos de los síntomas visibles de una regresión que ha puesto en riesgo años de avances en movilidad urbana.
Crónica de una crisis: de las tarjetas inteligentes al efectivo forzado
Desde las 5:30 de la mañana, miles de yucatecos como Claudia Rodríguez, paciente del IMSS con cita en la UMF 61 de Los Héroes, deben tomar hasta tres autobuses del sistema Va y Ven para llegar a tiempo a sus compromisos. Sin embargo, hoy Claudia no encontró las unidades esperadas. En su lugar, una combi vieja y un autobús sin aire acondicionado ofrecían el mismo trayecto, pero con cobro en efectivo y a 10 pesos, por encima de la tarifa oficial de 8 pesos con tarjeta.
“Ni siquiera aceptan la tarjeta Va y Ven. No es justo. Habíamos avanzado tanto y ahora todo está volviendo al desorden de antes”, cuenta indignada.
El caos no es fortuito. De acuerdo con fuentes cercanas al Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (IMDUT), la falta de pagos a los concesionarios del Va y Ven ha obligado a suspender rutas y sacar de circulación varias unidades. En respuesta, el gobierno ha incorporado camiones obsoletos y taxis habilitados como “apoyo” temporal, una medida que ha generado confusión y molestia entre los usuarios.
Rutas afectadas y ciudadanos desinformados
La situación ha sido especialmente crítica en rutas clave como el Circuito Metropolitano, Ciudad Caucel, Los Héroes, Francisco de Montejo y otras zonas densamente pobladas del oriente y poniente de Mérida. En estas áreas, las unidades de Va y Ven han sido reemplazadas sin previo aviso, generando incertidumbre sobre los horarios, paradas y condiciones del servicio.
Pese a los reportes ciudadanos y las quejas difundidas en redes sociales, ni el IMDUT ni la recién renombrada Agencia de Transporte de Yucatán (ATY) han ofrecido información clara sobre la dimensión del problema ni los motivos reales detrás del retiro de unidades.
“Esto no es un apoyo, es un retroceso. ¿Dónde quedó el plan de movilidad? ¿Dónde están los miles de millones de pesos invertidos?”, cuestiona Fernando Medina, vocero del colectivo Movilidad para Todos Yucatán.
El renacimiento del viejo transporte
Lo que irónicamente muchos usuarios llaman “el renacimiento del transporte público en Yucatán” no es otra cosa que el retorno a camiones viejos, sin rampa para discapacitados, sin aire acondicionado, sin monitoreo GPS y con choferes que no forman parte del sistema oficial de movilidad.
El sistema Va y Ven, diseñado como una solución integral y moderna, fue impulsado en la administración anterior con una inversión multimillonaria y con apoyo técnico del gobierno federal y organismos multilaterales. El objetivo era integrar rutas troncales, unidades modernas, pago electrónico, conectividad y cobertura metropolitana, con miras a transformar el transporte público en un servicio digno.
Hoy, ese modelo está en riesgo de derrumbarse.
Falta de liderazgo y ausencia de estrategia
Expertos en movilidad urbana coinciden en que la nueva administración estatal no ha presentado un plan claro de continuidad ni de evaluación técnica del sistema existente. Las decisiones recientes parecen más reactivas que planificadas, y las autoridades responsables guardan silencio ante los reclamos de los ciudadanos.
“La falta de transparencia es aún más preocupante que los problemas operativos. ¿Cuál es el plan del gobernador Díaz Mena para el transporte público? Hasta ahora, no hay respuesta”, advierte el urbanista Miguel Duarte, consultor en políticas de movilidad.
Mientras tanto, miles de usuarios enfrentan una nueva normalidad caracterizada por la incertidumbre, el aumento en los costos, y la pérdida de confianza en un sistema que prometía modernidad y eficiencia.
El retroceso no es solo técnico: es también un retroceso social. Para muchos, la desaparición gradual del Va y Ven representa la fractura de una promesa pública de movilidad digna, y una señal preocupante sobre la capacidad del nuevo gobierno estatal para mantener, y no destruir, los avances heredados.
¿Y tú? ¿Tu ruta ha sido afectada? ¿Has tenido que pagar más de 8 pesos por un camión viejo? Compártenos tu experiencia.
La Gaceta Yucatán—Redacción.