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Claudia Sheinbaum conmemora el 2 de octubre: “No se olvida” y reitera compromiso con la memoria y la justicia

A 57 años de la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, encabezó este miércoles un acto simbólico de memoria y reconocimiento histórico desde Palacio Nacional, durante su conferencia “mañanera del pueblo”.

En una fecha marcada por el dolor, la exigencia de justicia y el repudio a la represión estatal, Sheinbaum abrió su intervención con una frase que resuena en generaciones de mexicanos: “Hoy es 2 de octubre, 2 de octubre no se olvida”.

Frente a representantes de medios de comunicación, la mandataria dio lectura al acuerdo presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en octubre de 2024, en el que el Estado mexicano ofreció una disculpa pública por los hechos del 2 de octubre de 1968, considerados crimen de lesa humanidad.

“En nombre y representación del Estado Mexicano, se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 en contra de integrantes del Heroico Movimiento Estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad”, leyó Sheinbaum, al recordar el texto del decreto oficial.

Un crimen de Estado que aún exige justicia

La jefa del Ejecutivo federal reafirmó el compromiso de su administración con la no repetición de crímenes de Estado, y subrayó la importancia de mantener viva la memoria histórica como forma de reparación simbólica a las víctimas y sus familias.

Sheinbaum recordó que el documento firmado y publicado hace un año incluye una serie de medidas institucionales, como el impulso a investigaciones pendientes, acceso a archivos clasificados del Ejército y el fortalecimiento de programas de derechos humanos enfocados en la juventud.

A pesar de los esfuerzos gubernamentales por dignificar la memoria de los estudiantes caídos, organizaciones civiles y familiares de víctimas han insistido en que aún no se han fincado responsabilidades judiciales a los responsables materiales e intelectuales de la represión, ni se ha esclarecido del todo la cadena de mando de aquellos hechos.

La memoria como política de Estado

El gobierno de Claudia Sheinbaum, al igual que el de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, ha hecho del reconocimiento histórico de agravios estatales una bandera política y moral. En este contexto, el 2 de octubre no solo es una efeméride, sino una oportunidad para reafirmar el compromiso con una nueva ética del poder.

Sin embargo, voces críticas acusan que, si bien se han dado pasos simbólicos importantes, los mecanismos de justicia transicional no han sido efectivos, y persisten prácticas de opacidad y abuso por parte de algunas instituciones de seguridad.

Entre la memoria y la exigencia de coherencia

Diversos colectivos estudiantiles y organismos de derechos humanos aprovecharon la jornada para recordar que el 2 de octubre no puede ser solo un acto de discurso, y pidieron a la actual administración ser coherente con su postura histórica, especialmente en temas de represión a la protesta social, militarización y derechos de los pueblos.

En años recientes, se han documentado casos de uso excesivo de la fuerza por parte de corporaciones estatales, lo cual, según especialistas, genera tensiones entre la narrativa de reparación histórica y la realidad contemporánea de la seguridad pública.

Un país que no olvida… pero aún no cierra sus heridas

A 57 años de la matanza de Tlatelolco, el Estado mexicano —ahora encabezado por la primera mujer presidentareconoce formalmente que aquel 2 de octubre fue un crimen de lesa humanidad. No obstante, la deuda con la justicia sigue abierta.

Mientras la Plaza de las Tres Culturas se prepara para recibir una vez más a miles de jóvenes, activistas y sobrevivientes, la exigencia es clara: recordar no basta si no hay verdad, justicia ni garantías de no repetición.

La Gaceta Yucatán—Redacción.

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