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El narco infiltrado en la 4T: Hernán Bermúdez Requena, su red criminal en Mérida y los nexos con Adán Augusto


Un narcotraficante en el corazón del poder de la 4T

Hernán Bermúdez Requena, originario de Mérida, Yucatán, y exsecretario de Seguridad Pública en Tabasco durante la administración de Adán Augusto López Hernández, ha sido señalado por informes de inteligencia federal como integrante activo del narcotráfico desde 1999, operando bajo estructuras criminales que se conectan directamente con el Cártel del Golfo y, más recientemente, con el grupo conocido como La Barredora.

Hoy, ya detenido, con órdenes de captura emitidas por la Fiscalía General de la República (FGR) y alerta roja de Interpol, Bermúdez Requena representa uno de los casos más explosivos de infiltración del crimen organizado en el gobierno de la Cuarta Transformación.


Informe confidencial: el narco en Mérida y su operación silenciosa

De acuerdo con el periodista Andrés Becerril, quien tuvo acceso al informe clasificado “Narcotráfico en Tabasco 1999”, Bermúdez Requena y su hermano Humberto habrían iniciado sus actividades delictivas a finales del siglo pasado. El documento detalla que ambos introducían cocaína en centros nocturnos, bares y discotecas de Villahermosa, con rutas establecidas desde una empacadora en Mérida, que servía como punto de recepción y reempaque de droga.

Se presume que en esta empacadora (ubicada en Mérida) recibía droga que posteriormente era transportada a la ciudad de Villahermosa”, se lee en el informe federal citado.

La empresa, según los registros, estaba ligada a un familiar directo de Bermúdez, quien fungía además como apoderado legal de Impacto Seguridad, una firma contratista del gobierno estatal en Yucatán. en la actualidad.


Formación criminal con sello oficial

El historial de Hernán Bermúdez Requena revela una formación especializada que le permitió operar con discreción dentro y fuera del sistema. Estudió Derecho en la Ciudad de México y recibió capacitación antidrogas de la DEA y del Instituto Nacional de Ciencias Penales. Fue agente de la Policía Judicial del entonces Distrito Federal, abogado en la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y agente de la Interpol en la extinta Procuraduría General de la República (PGR).

Ya como funcionario público, fue nombrado titular de la SSP de Tabasco en diciembre de 2019, por designación directa de Adán Augusto López Hernández, hoy líder del Senado y una de las figuras clave de la 4T. Bermúdez continuó en el cargo con Carlos Manuel Merino Campos, quien hoy funge como director general de ASA, bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum.


Corrupción interna, autos robados y nexos políticos

Durante su gestión como jefe policíaco en Tabasco, los informes de inteligencia destacan un alto grado de corrupción: desde el uso de vehículos robados por parte de su equipo cercano, hasta vínculos directos con Ricardo Arjona Pérez, entonces director de la Policía Judicial del estado, acusado de tráfico de cocaína y robo de autos.

Además, se le atribuye la organización y financiamiento de la revuelta policial en Tabasco en 1995, cuando ya operaba como líder dentro de la estructura de seguridad estatal. El documento lo liga también a empresarios como Ramón Requeijo Abad y Manuel Ordóñez Galán, primo del exgobernador Manuel Gurría Ordóñez, con quienes fundó Impacto Seguridad, contratista del gobierno tabasqueño.


La fuga desde Mérida y los silencios del gobierno

Fuentes cercanas a la investigación revelaron que Bermúdez Requena huyó de México a través de Mérida, desde donde abordó una avioneta privada con rumbo a Panamá. Esta ruta de escape lo llevó eventualmente a Paraguay, donde fue detenido en septiembre de 2025 en una zona exclusiva de Asunción.

Su paso por Mérida no fue incidental. Documentos de inteligencia lo ubican operando con total impunidad en Yucatán, sin que las autoridades locales hayan realizado hasta la fecha ninguna investigación formal, decomiso o detención relacionada con su actividad delictiva.


¿Qué sabía Adán Augusto?

La revelación más comprometedora del caso radica en la estrecha relación entre Bermúdez Requena y Adán Augusto López Hernández, hoy figura central de Morena y del gobierno federal. Ambos compartieron gabinete, y Bermúdez operó con plenos poderes dentro del aparato de seguridad estatal.

La pregunta que surge es clara:

¿Sabía el entonces gobernador del pasado criminal y nexos con el narcotráfico de su secretario de Seguridad?

Hasta el momento, ni Adán Augusto ni la dirigencia de Morena han emitido una postura oficial. La oposición ya ha exigido una investigación sobre el posible encubrimiento de actividades criminales dentro del gobierno de Tabasco, y sobre los contratos asignados a la empresa Impacto Seguridad.


La Barredora y el CJNG: vínculos recientes en Yucatán

El nombre de Hernán Bermúdez también aparece vinculado a Carlos Tomás Díaz Rodríguez, alias “El Lic”, detenido en Puebla en enero de 2025, tras haber permanecido escondido en Mérida durante meses. También se relaciona con “El Choky”, capturado en diciembre de 2024 en un operativo en Yucatán, ambos ligados a La Barredora y el CJNG.

Esto refuerza la hipótesis de que Mérida operaba como un corredor silencioso del crimen organizado, mientras las estructuras de poder local y federal mantenían la vista en otra dirección.


El narco, la política y el fracaso del discurso de la 4T

El caso de Hernán Bermúdez Requena es una bomba de tiempo para el gobierno federal. Revela cómo un operador del narco logró infiltrarse, escalar y mantenerse protegido dentro del aparato de seguridad pública más sensible de un estado clave para Morena.

Más allá de su captura internacional, el escándalo apunta directamente al corazón del discurso de la 4T: el combate a la corrupción y al crimen organizado.

Si la administración de Claudia Sheinbaum no actúa con firmeza y transparencia, el legado de este caso podría ser el mismo que el de Genaro García Luna, pero bajo el sello de la Cuarta Transformación.

La Gaceta Yucatán—Redacción.

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