Parque de Las Américas Mérida: uno de los lugares públicos más emblemáticos contemporáneos de Mérida y, en cierto modo del estado, el parque de Las Américas, languidece, ante la mirada de las miles de personas que a diario la visitan y que poco reparan en la ‘salud’, de este lugar, que este año cumple 80 años.

El aletargado deterioro del parque de Las Américas Mérida ocurre en medio del desinterés de las autoridades que, en todo caso, ‘juegan’ a preservarlo, tal como si fuera tan sólo un jardín que de vez en cuando deshierban, medio limpian y riegan, para que no digan que lo dejaron morir.
Minado de peligrosos árboles ennegrecidos por alguna enfermedad que amagan con caerse en cualquier vendaval, el parque pervive entre la indiferencia de autoridades municipales que lo ignoran o, simplemente, que disfrazan el deterioro con unas cuantas eventuales reparaciones, pero sólo de aquellas partes que se ven más como la fuente, cuyo correr de agua parecen darle vida, pero que en realidad lo mantienen en el fondo de una agonía sórdida.
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Claro el mantenimiento de la portentosa fuente del parque de Las Américas Mérida es sólo por el frente, porque en la parte de atrás, las escalinatas que semejan las de los edificios mayas, supuran hormigas lo menos hormigas -aunque no sería raro que salieran ratas- por sus pronunciados boquetes que distorsionan y debilitan los ángulos irregulares que forman las pequeñas piedras, otrora colocadas por artistas y obreros con la parsimonia de la arena de un reloj.
Basta observar de cerca estructuras como la fuente longitudinal olvidada que divide el jardín trasero de la biblioteca José Martí (recinto cultural con esporádicos mantenimientos que la han salvado del colapso) para constatar las fracturas del tiempo del parque de Las Américas Mérida.
Abundan las grietas causadas en algunos casos por raíces abultadas de árboles frondosos, que empujan tan lentamente los muros desde abajo, que sólo un observador dedicado repara en que, por ejemplo, uno de los dos chacmoles que coronan las bancas dispuestas en semióvalo (que no en semicíruculo) ha perdido el equilibrio con el horizonte.
Por cierto, a su ‘gemelo’, al otro chacmol, que está en el lado oriente, una grieta imperturbable amenaza con fracturar irremediablemente el brazo derecho, sobre el que parece descansar.
Las otras estructuras de personajes mayas que coronan los flancos de la entrada a este lugar, detrás de la biblioteca José Martí, del parque de las Américas Mérida, donde están las placas que muestran la fecha de inauguración, también las carcomen la erosión, del viento y las lluvias, que se ha llevado pequeños pedazos, cual robo hormiga.
En ese lugar, la belleza de los mosaicos del piso, de tonos rosas y con blanco, resaltan sobre el gris opaco de las bancas y aún sobre el deslavado tono terracota en algunas partes de la amarillenta estructura.
La mayor parte del piso se conserva aún, pero hay zonas resquebrajadas que preludian un daño irreparable, pues difícilmente piezas de igual belleza podrían conseguirse.
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Además, varias de las figuras de los escudos de las naciones que están sobre las divisiones de las bancas, arriba, están manchadas, invadidas casi bélicamente por el moho y la humedad; hay que forzar un poco la vista para distinguir los detalles de los blasones, incluido el nombre de la nación.
Vayamos hacia la Concha Acústica del parque de Las Américas Mérida, que, también hay que decirlo, se ve un poco más conservada; las formas cuadrangulares que dejan pasar la luz en los techos de la estructura sobre las paredes de la zona del público están se han descolgado pedazos del cemento y dejan ver la varilla.
Es posible que la estructura no ceda, pero un fragmento que se desprenda se convierte en un proyectil al caer, y pone en riesgo a las miles de personas que transitan y a los vendedores que instalan por lo menos cada fin de semana un ‘mercado de pulgas’ del parque de Las Américas Mérida.
Algunas de las columnas sufren los mismos dolores del rompimiento y algunos de los maceteros de los costados están despellejados. Atrás quedó la última remodelación de esa zona, en la que los muros fueron devastados a golpes de chorros de agua de hidrolavadoras, para luego colarlos.
Parque de Las Américas Mérida: la última inútil remodelación
Esa última intervención del parque de Las Américas Mérida, que inició en junio de 2018, se centró en el parque infantil Felipe Carrillo Puerto y en la Concha Acústica; se invirtieron 7.5 millones de pesos y el parque ‘renovado’ se entregó en mayo de 2019.
El entonces director de Desarrollo Urbano, del Ayuntamiento de Mérida, Federico Sauri Molina, informó que el proyecto ‘de limpieza y mantenimiento’ de la Concha Acústica del parque de Las Américas Mérida se realizó con supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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Según el funcionario, el trabajo consistió en la eliminación de capas de pintura posteriores, que fueron sustituidas por un tinte de mayor resistencia y durabilidad… que poco ha durado, pues a 5 años de esa ‘intervención’ supuestamente ‘profunda’ el parque de Las América Mérida se cae a pedazos.
Recientemente, en el mes de octubre de 2024, en un cambio que parecía mínimo, pero significativo, se colocaron pequeñas banderas sobre las columnas que representa a cada país del Continente Americano dentro del parque de Las Américas Mérida; pero no duró mucho: las banderas ya fueron retiradas de la misma forma en que llegaron: sin avisar.
Parque de Las Américas: la historia
De acuerdo con el sitio web Mérida en la Historia, en abril de 1906 se autorizó a los empresarios Arturo Casares Echánove y el catalán Joaquín García Ginerés, quien ya vivía en la zona en 1901, construir un parque donde hoy está el de Las Américas; sin embargo, no pudieron concretar el proyecto.
Ese espacio se utilizó durante varios años como parque de beisbol hasta finales de los años 20. El entonces gobernador de Yucatán, Bartolomé García Correa, autorizó construir un monumento a Felipe Carrillo Puerto; incluso se colocó la primera piedra, el 20 de noviembre de 1932, pero la crisis financiera mundial de 1929 truncó los sueños.
Mérida en la Historia dice que en 1941 empezó la construcción del parque infantil Felipe Carrillo Puerto, que desde el 24 de enero de 1942 ocupa una de las cuatro partes (la nororiente), del parque de Las Américas.
Con el auge henequenero, el gobernador Ernesto Novelo Torres (1942-1946) impulsó obras de renombre, entre las que estaba el parque de Las Américas, cuya primera piedra colocó el 23 de marzo de 1943. La obra se le encargó a los Max y Manuel Amábilis.
Los Amábilis imprimieron al parque, que hacía honor a la unidad de los países del Continente -de ahí que todo estén representados por columnas y escudos-, motivos mayas en la arquitectura, un característica que distingue sus construcciones en toda la ciudad.
El parque de Las Américas Mérida fue finalmente inaugurado en una efeméride histórica de México: el 16 de septiembre, en este caso de 1945, por lo que este año, 2025, el parque cumplirá 80 años.
Esperemos que las autoridades intervengan para evitar que el parque de Las Américas Mérida se siga deteriorando y que tengamos parque de Las Américas por lo menos por otros 80 años más…