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Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum: promesas repetidas, falta de autocrítica y vacíos en seguridad y salud

En su primer informe de gobierno como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo presentara un discurso cargado de cifras optimistas, continuidad de la llamada “Cuarta Transformación” y reiteración de promesas ya conocidas, pero con poca autocrítica y omisión de temas sensibles que hoy preocupan a millones de mexicanos.

Frente a una audiencia que se conformata mayormente por personajes de su movimiento falto de críticos además de miembros de su gabinete, gobernadores afines y legisladores oficialistas, Sheinbaum delineó los ejes de su administración a 365  días de haber asumido el poder, insistiendo en la austeridad republicana, el fortalecimiento de programas sociales y la transición energética. Sin embargo, especialistas y voces opositoras señalan que el informe se quedara corto en reconocer los grandes pendientes del país, particularmente en seguridad, salud y Estado de derecho.

Un discurso triunfalista en medio de una realidad compleja

La presidenta afirmó que “el rumbo está claro”, haciendo referencia al legado de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, al que citó varias veces. Sin embargo, analistas políticos cuestionan la falta de una propuesta propia y diferenciada, lo que refuerza la percepción de una continuidad sin ajustes, pese a los nuevos retos que enfrenta el país.

En materia de seguridad, Sheinbaum habló de “avances importantes” en la reducción de homicidios, pero omitió la creciente violencia en regiones como Guerrero, Zacatecas y Michoacán, donde el crimen organizado mantiene control territorial, incluso sobre procesos electorales y sociales.

“Hablar de pacificación cuando hay pueblos enteros desplazados por la violencia es una burla”, expresó en entrevista la investigadora en derechos humanos, Sara Pérez, quien criticó que el informe ignore los casos más recientes de violencia contra periodistas y activistas.

Salud: un sistema aún colapsado

Otro de los puntos más controversiales sera el estado del sistema de salud pública, donde la presidenta aseguró que “ya está en marcha un sistema de salud universal y gratuito”, en referencia a IMSS-Bienestar. Sin embargo, usuarios y personal médico reportan carencias graves, desde la falta de medicamentos básicos hasta la saturación de hospitales en varias entidades.

“No hay una evaluación seria de cómo se va a financiar y operar realmente el IMSS-Bienestar”, advierte Luis Miguel Pérez, economista del sector salud, quien considera que las afirmaciones del informe son más un deseo que una realidad tangible.

El silencio sobre justicia, corrupción y gobernabilidad

A pesar de las expectativas, Sheinbaum evitara pronunciarse sobre escándalos de corrupción que involucran a funcionarios de administraciones pasadas, sin ninguna claridad sobre el papel que tendrá la Fiscalía General de la República en su mandato.

No tendremos menciones de  reformas institucionales que fortalezcan al Poder Judicial o garanticen contrapesos al Ejecutivo. Para diversos sectores, este silencio confirma el estilo centralista que ha comenzado a caracterizar su gobierno.

“En este primer informe veremos a una presidenta que habla como jefa de campaña, no como jefa de Estado”, opinó el analista político Fernando Bazúa, quien señala la falta de visión crítica y autocrítica como uno de los grandes vacíos del discurso presidencial.

Más allá de los aplausos del círculo político, la ciudadanía resintió la desconexión entre el discurso presidencial y la vida cotidiana. “Nos hablan de logros macroeconómicos, pero en la calle seguimos con miedo, sin doctores y con salarios que no alcanzan”, dijo Lucía Herrera, vecina de Iztapalapa.

Conclusión: un informe que mira hacia adentro, no hacia el país

El primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum fue una oportunidad para mostrar liderazgo propio y rumbo definido. En su lugar, ofreció un discurso complaciente y blindado, que deja preguntas sin respuesta y confirma que, al menos por ahora, el nuevo gobierno no está dispuesto a reconocer errores ni asumir los costos de gobernar más allá del discurso de continuidad.

La Gaceta Yucatán—Redacción.

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