- La Secretaría de Desarrollo Sustentable mantiene mesa permanente con autoridades y productores para reducir el impacto ambiental del sector porcino
En respuesta a la creciente preocupación ambiental por la operación de granjas porcícolas en Yucatán, la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), encabezada por Neyra Silva Rosado, ha reforzado sus mecanismos de vigilancia y regulación ambiental, especialmente en lo relativo al manejo de aguas residuales.
Silva Rosado informó que se ha instalado una mesa de trabajo permanente con autoridades federales, estatales, municipales y representantes del sector productivo, con el objetivo de buscar soluciones técnicas y sostenibles que permitan armonizar la actividad porcícola con la protección del medio ambiente y el agua.
“No se trata solo de clausurar; se trata de construir alternativas viables para un modelo de producción más responsable con los ecosistemas locales”, enfatizó la funcionaria.
Clausura de Santa María de Chi responde a normativas más estrictas
El caso más reciente fue la clausura de la granja ubicada en Santa María de Chi, acción que, según la titular de la SDS, fue resultado del estricto cumplimiento de la normatividad ambiental vigente, misma que ha sido endurecida en los últimos años ante el aumento de denuncias ciudadanas y litigios por contaminación del subsuelo y mantos freáticos.
Silva Rosado señaló que las expansiones de granjas existentes actualmente no están siendo autorizadas. En su lugar, las autoridades están promoviendo la reconversión tecnológica y ambiental de las instalaciones actuales, para que puedan cumplir con estándares actualizados en el tratamiento y disposición de residuos.
Producción porcícola bajo lupa ambiental en Yucatán
El crecimiento acelerado de la industria porcícola en Yucatán ha despertado una serie de conflictos sociales, ambientales y legales, particularmente en comunidades indígenas y rurales que han denunciado la contaminación de cenotes, acuíferos y tierras de cultivo.
Ante esto, la SDS busca fortalecer su rol regulador mediante el diálogo interinstitucional y el monitoreo técnico permanente.
“Nuestro trabajo es garantizar que cada desarrollo industrial cumpla con todos los requisitos legales antes de recibir un permiso. Hay certeza jurídica para quien cumpla la ley, pero también hay consecuencias para quien no lo haga”, advirtió Silva Rosado.
Nuevas inversiones, pero con reglas claras
Respecto a las empresas nacionales e internacionales interesadas en invertir en el sector porcícola de Yucatán, la secretaria aclaró que hay certeza legal para quienes cumplan con las exigencias de instancias como Semarnat, Conagua, los gobiernos municipales y la propia SDS.
Estas reglas incluyen estudios de impacto ambiental, planes de manejo de residuos y tratamiento adecuado de aguas residuales, elementos que —según expertos— han sido tradicionalmente ignorados en varios desarrollos ganaderos del estado.
Participación ciudadana: clave para una vigilancia efectiva
Finalmente, Neyra Silva Rosado hizo un llamado a la ciudadanía para que se mantenga informada y participe activamente en la vigilancia ambiental. Invitó a quienes tengan dudas o inquietudes sobre el funcionamiento de granjas porcícolas o posibles irregularidades, a acudir directamente a la Secretaría de Desarrollo Sustentable.
Contexto ambiental en Yucatán: el agua, en el centro del debate
La protección del acuífero de Yucatán, uno de los más importantes del país, ha cobrado relevancia ante los impactos documentados de diversas actividades industriales, en particular la producción intensiva de carne de cerdo. Organizaciones ambientalistas y comunidades mayas han elevado su voz en foros nacionales e internacionales para denunciar la falta de regulación y transparencia en la operación de granjas, así como los daños ya causados al ecosistema subterráneo de la región.
Este nuevo enfoque por parte de la SDS representa un intento por transitar hacia un modelo de producción más compatible con la conservación ambiental, sin frenar por completo el desarrollo económico del sector.
La Gaceta Yucatán—Redacción.