- La llamada nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), electa por voto popular el pasado 1º de junio, arrancó sus trabajos jurisdiccionales con una sesión marcada por la confusión procesal, los simbolismos políticos y una visible ruptura con las formas tradicionales del Poder Judicial.
En una sesión de más de cuatro horas celebrada este lunes, los ministros apenas lograron resolver tres de los 15 asuntos previstos, en medio de intervenciones desorganizadas, cambios de criterio jurídico y violaciones al reglamento interno aprobado apenas una semana antes.
El nuevo rostro del Poder Judicial
La jornada fue inaugurada por el nuevo ministro presidente, Hugo Aguilar Ortiz, quien pronunció su primer mensaje en mixteco —su lengua originaria— antes de verificar el quórum legal. Este gesto marcó un inicio simbólico de lo que el nuevo liderazgo ha calificado como una “Corte de justicia social”, más cercana a la ciudadanía y con un enfoque territorial y plurinacional.
Sin embargo, el discurso de apertura contrastó con el desarrollo caótico de la sesión. Aguilar no aplicó los límites de tiempo establecidos para las intervenciones —10 minutos de exposición inicial y tiempos reducidos para réplicas—, dejando que las discusiones se prolongaran y se salieran de control, mientras un reloj digital encendido en la pared se volvía un mero accesorio.
Cambio de criterios y giro ideológico
Uno de los puntos centrales fue la acción de inconstitucionalidad 186/2023, relacionada con las leyes de salud en Chihuahua. La ministra Yasmín Esquivel Mossa presentó un proyecto que terminó marcando un cambio significativo en la doctrina de la SCJN: ya no se invalidarán automáticamente las normas por la falta de consulta previa a personas con discapacidad, como exigía la Corte anterior, sino que ahora cada caso será analizado individualmente.
La ministra Lenia Batres Guadarrama, una de las voces más críticas del antiguo modelo judicial, celebró el cambio como una victoria ideológica:
“Es una perversión que creo que podemos detener en los criterios de esta nueva Corte de la justicia social”, declaró.
El presidente Aguilar coincidió con ella, advirtiendo que priorizar la consulta formal sobre el fondo normativo puede ser desproporcionado:
“Invalidar la norma por el solo hecho de que no hubo consulta… le estaremos dando un nivel más alto que al derecho sustantivo.”
Este giro ha sido interpretado como un intento de la nueva Corte por reformular el papel del Poder Judicial en la transformación del país, abandonando tecnicismos jurídicos que, según sus críticos, han obstaculizado avances legislativos de contenido progresista.
Improvisación, desorden y señales de tensión
La sesión no estuvo exenta de errores de forma y fondo. Algunos ministros presentaron propuestas de última hora que complicaron las votaciones; el ministro Irving Espinosa Betanzo se refirió al presidente de la Corte como “magistrado presidente”, evidenciando la falta de claridad en los procedimientos. Giovanni Azael Figueroa tuvo que pedir respeto al orden del día ante el desorden en la discusión.
Por su parte, la ministra Loretta Ortiz Ahlf marcó distancia con la mayoría, emitiendo votos en sentidos contrarios en diversas ocasiones, convirtiéndose en la primera voz disidente visible de esta nueva etapa.
Símbolos de apertura… a medias
Por primera vez desde la pandemia, se permitió el acceso de estudiantes y periodistas al salón de plenos. Aunque inicialmente se intentó prohibir cámaras y celulares, la propia Corte rectificó minutos después. Algunos jóvenes asistentes incluso fueron retirados por quedarse dormidos, y reingresaron poco después, en otro reflejo del tono inusual de la jornada.
Otro cambio visible fue la ausencia de José de Jesús Cruz Sibaja, quien había sido la voz institucional de la SCJN desde 2005 y que, por primera vez, no presentó la sesión televisada.
Una Corte en redefinición: ¿transformación o improvisación?
Lo ocurrido este lunes no solo evidenció la falta de rodaje institucional de la nueva Corte, sino que también dejó claro que el máximo tribunal del país se encuentra en un momento de redefinición estructural y simbólica. La tensión entre continuidad y ruptura, entre legalismo técnico y justicia social, será uno de los ejes que marcarán su desempeño en los próximos meses.
La Gaceta Yucatán—Redacción.