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Sheinbaum niega investigación contra Adán Augusto López, pese a escándalo por presuntos nexos de su exjefe policial con el crimen organizado

En medio del creciente escándalo por la presunta infiltración del narcotráfico en el Gobierno de Tabasco durante la administración de Adán Augusto López Hernández, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo negó categóricamente que exista una investigación federal en curso contra el ahora coordinador de Morena en el Senado. Esto, tras revelarse que su exsecretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena, es señalado como líder del grupo criminal La Barredora y actualmente se encuentra prófugo de la justicia.

Durante su conferencia matutina, Sheinbaum respondió con firmeza a la pregunta de si López Hernández está siendo investigado por su presunta omisión o posible complicidad:
“No, no de parte del gobierno, no se ha pedido ninguna investigación.”

La mandataria añadió que será el Gabinete de Seguridad el encargado de ofrecer detalles sobre el caso de Bermúdez Requena, incluyendo cómo logró evadir la acción de la justicia y escapar desde febrero, pese a contar con una orden de aprehensión. A la fecha, su paradero es desconocido.

“La fiscalía es quien tiene la obligación de hacer la investigación. Nosotros no protegemos a nadie; de parte nuestra no hay acusación. Si la fiscalía tiene algo, que investigue”, remarcó Sheinbaum.

El caso que sacude a Morena: ¿narcoinfiltración bajo la sombra de Adán Augusto?

El caso ha levantado serias dudas sobre la penetración del crimen organizado en gobiernos estatales de Morena. Documentos de inteligencia militar, algunos filtrados por el colectivo Guacamaya, indican que desde 2021 existían sospechas fundadas sobre la participación de Bermúdez Requena —alias El Comandante H— en ejecuciones, control territorial y operaciones de narcotráfico en Tabasco. A pesar de ello, permaneció al frente de la Secretaría de Seguridad Pública hasta enero de 2024.

La omisión en actuar —tanto del exgobernador Adán Augusto como de su sucesor, Carlos Merino— ha sido señalada por el actual gobernador, Javier May, también de Morena. Sin embargo, hasta ahora no se han deslindado responsabilidades penales ni administrativas contra quienes, por acción u omisión, permitieron la consolidación de La Barredora dentro del aparato estatal de seguridad.

Silencio y protección política: ¿quién investiga al poder?

La negativa de Sheinbaum a impulsar una investigación desde el gobierno federal contra Adán Augusto López ha sido interpretada por analistas como una señal política: proteger a una figura clave del lopezobradorismo y posible aspirante presidencial en 2030. López Hernández fue uno de los hombres más cercanos al expresidente Andrés Manuel López Obrador, y se ha mantenido en el centro del poder morenista desde su salida de la Secretaría de Gobernación.

La postura de la presidenta choca con la creciente presión social y mediática para esclarecer hasta qué punto la red criminal liderada por Bermúdez Requena se benefició de la protección institucional. Organizaciones civiles y expertos en seguridad advierten que la falta de investigación a los mandos políticos perpetúa la impunidad y mina la credibilidad del Estado.

El fondo del caso: ¿Gobierno infiltrado o desidia criminal?

Más allá del caso individual de Bermúdez Requena, el episodio ha destapado una estructura más amplia: funcionarios estatales vinculados al crimen organizado, cuerpos policiacos cooptados y una guerra entre bandas que sumió a Tabasco en una espiral de violencia. Informes de inteligencia identifican a otros exfuncionarios implicados, como Tomás Díaz, asesor ministerial detenido en enero, y varios mandos policiales aún en activo o sin proceso judicial.

Las acciones recientes del gobierno estatal han debilitado a La Barredora, pero la pregunta clave sigue en el aire: ¿cómo logró una organización criminal operar durante años desde el interior del gobierno, sin que sus superiores jerárquicos lo notaran o actuaran?

Por ahora, El Comandante H sigue prófugo. La fiscalía no ha emitido nuevos avances del caso, y el Gobierno federal mantiene su distancia. Mientras tanto, las dudas sobre la colusión entre política y crimen en uno de los partidos gobernantes más poderosos del país no dejan de crecer.

La Gaceta Yucatán—Redacción.

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