- Se reformará además, el artículo 19 para establecer la pena más severa posible a quien se vea involucrado en la producción o distribución ilegal de armas.
- “Con México es colaboración y cooperación nunca subordinación, no injerencismo y menos invasión”, agregó.
Febrero 23 de 2025.- En la reforma propuesta, la presidenta Sheinbaum refuerza la soberanía mexicana en el artículo 40 y, en el artículo 19, establece la imposición de “la pena más severa posible” y prisión preventiva oficiosa a cualquier individuo, nacional o extranjero, que trafique con armas o infrinja la soberanía nacional.
La presidenta Sheinbaum propuso añadir párrafos a los dos artículos para reforzar el concepto de la soberanía nacional y proteger a México frente a intervenciones extranjeras. Lo hizo en el contexto de la designación de ciertos cárteles mexicanos como grupos terroristas por parte de Estados Unidos y el sobrevuelo de drones estadounidenses de la CIA sobre territorio mexicano.
En uno de los párrafos añadidos al artículo 40 se lee: “El pueblo de México bajo ninguna circunstancia aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la nación, tales como golpes de Estado, injerencia en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea esta por tierra, agua, mar o espacio aéreo.”
Expertos en seguridad y derecho constitucional han señalado que la Constitución mexicana ya garantiza la soberanía nacional, por lo que consideran innecesaria la propuesta de reforma a los artículos 40 y 19 de la Carta Magna presentada este jueves por la presidenta Claudia Sheinbaum.
En su cuenta de “X”, el constitucionalista Francisco Burgoa manifestó que, además de innecesarias, estas reformas son políticamente artificiosas. Según su perspectiva, “la soberanía nacional no necesita ser reafirmada en la Constitución cada vez que el Gobierno se siente amenazado, ya que está plenamente garantizada tanto en el texto vigente como en el derecho internacional”.

Burgoa opinó que este tipo de reformas abre la puerta a distorsionar el constitucionalismo, cuestionando si sería necesario modificar la Constitución cada vez que se quiera reafirmar la protección de los derechos humanos o la división de poderes. “Cambios como estos no solo trivializan el texto constitucional, sino que lo convierten en un instrumento de propaganda política más que en un verdadero pacto social”, agregó.
Redacción.