Con resultados preliminares y encuestas de salida, tanto Morena como el PRI y PAN se adjudican victorias significativas en dos estados estratégicos. La tensión crece por el control de municipios clave como Xalapa, Gómez Palacio y la capital duranguense.
- Morena y oposición se adjudican triunfos en Veracruz y Durango: choque de narrativas y tensiones postelectorales
En un cierre de jornada electoral marcado por la falta de resultados oficiales y el uso estratégico de encuestas de salida, las dirigencias de Morena, el PRI y el PAN han iniciado una encarnizada disputa por el control político de Veracruz y Durango, dos entidades que representan un termómetro político rumbo a los próximos procesos electorales.
El presidente nacional de Morena, a través de su dirigencia y voceros regionales, afirmó que el partido habría ganado al menos 140 de los 212 municipios veracruzanos, incluidos bastiones simbólicos como Xalapa, Coatzacoalcos y el puerto de Veracruz, este último históricamente ligado al PAN-PRI. En Durango, Morena estima haber triunfado en 22 de los 39 municipios, incluyendo Gómez Palacio, considerada la joya electoral de la comarca lagunera, pero reconoció que la capital estatal quedó en manos de la oposición.
El recuento morenista incluye municipios clave como Minatitlán, Tuxpan, Poza Rica, Córdoba, Boca del Río y Medellín. En conferencia encabezada por la presidenta del partido, Luisa María Alcalde, se denunció además una jornada electoral “plagada de irregularidades” en Lerdo, Durango, donde acusaron al alcalde priista Homero Cabrera de operar en favor de su esposa, Susy Torrecillas, con el respaldo de fuerzas policiales.
PRI y PAN reivindican victorias contundentes
En contraste, Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, difundió un comunicado en el que aseguró que su partido ganó “más de la mitad de los municipios en Durango” y celebró un “triunfo aplastante” en la capital del estado. En tanto, desde Acción Nacional, Jorge Romero Herrera subrayó que el PAN se consolidó como “la principal fuerza de oposición en Veracruz”, con el control de al menos 25 alcaldías, entre ellas Boca del Río, su bastión más emblemático.
“No se atrevan a intentar ganar en las actas lo que no ganaron en las urnas”, advirtió Romero en una conferencia marcada por un tono desafiante. El dirigente panista incluso acortó el encuentro con la prensa para trasladarse a Veracruz y “defender los resultados”.
En Durango capital, el PAN y el PRI respaldaron la victoria de José Antonio Ochoa, candidato de su coalición, frente a dos contendientes conocidos: Francisco Franco Soler (MC), cercano a Jorge Álvarez Máynez, y José Ramón Enríquez Herrera, expriista, experredista, exconvergente y hoy excandidato de Morena, quien habría quedado relegado al tercer lugar. La dirigencia guinda, pese a su historial de derrotas, lo había respaldado tras encabezar encuestas de conocimiento.
El panorama postelectoral en Veracruz y Durango deja ver una fragmentación del poder local, donde ningún bloque político puede reclamar un dominio absoluto. Mientras Morena proyecta fuerza en municipios urbanos de alta densidad electoral, como Xalapa y Gómez Palacio, la oposición se aferra a capitales estatales y enclaves históricos, marcando un escenario polarizado y altamente competido.
El caso de Betzabé Martínez Arango, quien ganaría Gómez Palacio a los 34 años, ha sido señalado por Morena como una figura emergente rumbo a la gubernatura de Durango en 2028, lo que revela que los partidos ya comienzan a proyectar sus fichas a largo plazo.
La falta de datos oficiales no ha impedido que los partidos construyan narrativas triunfalistas. La batalla por la opinión pública se anticipa a una posible judicialización de resultados, sobre todo en municipios donde se denuncian irregularidades.
Veracruz y Durango se confirman como territorios clave en la redistribución del poder local y como escenario de una lucha política que se intensificará de cara a los próximos ciclos electorales.
La Gaceta Yucatán—Redacción.