Seguridad pública: Mérida está perdiendo poco a poco uno de los valores que la distingue: la tranquilidad, y tan sólo en el último año, la percepción de inseguridad aumentó casi 10 puntos porcentuales, de acuerdo con un sondeo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La encuesta nacional de seguridad pública urbana (ENSU), que aplica cada cuatro meses el Inegi, reveló, también que también aumentó considerablemente, casi en el mismo nivel, es decir, 10 por ciento, el porcentaje de yucatecos que ‘experimentó’ conflictos o enfrentamientos.
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En los resultados de la encuesta sobre seguridad pública, correspondientes al último cuatrimestre de 2024, también puede verse que Mérida, otrora ‘capital de las seguridad’ en México, ya no aparece en los primeros lugares de las urbes más ‘tranquilas’. Incluso, núcleos urbanos como la delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México, están ‘mejor colocados’ en el ranking nacional.
Es cierto que hay otros indicadores que mencionan a Mérida como una ciudad muy segura -aún mantiene altos índices a su favor-, tal como publicó el miércoles pasado, el Gobierno estatal, con base en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)
Según el reporte emitido por el Sistema, la capital yucateca ocupó el primer lugar con menor incidencia delictiva, con una tasa de 186.6 delitos por cada 100 mil habitantes. También ocupa la primera posición con menor incidencia en el caso de homicidios dolosos, al reportarse una tasa de 1.3 delitos por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, la medición del Inegi sobre seguridad pública cobra un tanto de mayor relevancia porque se trata de una encuesta, es decir, de un cuestionamiento directo a la personas, es decir, refleja lo que la gente percibe y, suele decirse, percepción es realidad.
De acuerdo con la información difundida por el Inegi, en diciembre de 2024, 61.7 por ciento de la población de 18 años y más, residente en 91 ciudades consideró que es inseguro vivir en la urbe.
El dato es significativo porque la medición anterior sobre seguridad pública, septiembre de 2024, alcanzó 58.6 por ciento En esta edición, 22 áreas urbanas de interés presentaron cambios estadísticamente significativos frente a septiembre de 2024: sólo 4 con reducciones y 18 con incrementos.
Las urbes con mayor porcentaje de personas de 18 años y más que consideraron que vivir en su ciudad era inseguro fueron: Villahermosa, con 95.3; Uruapan, con 92.5; Fresnillo, con 90.9; Culiacán Rosales, con 90.6; Tuxtla Gutiérrez, con 90.6, y Tapachula, con 90.1.
En contraste, las áreas urbanas con menores porcentajes de percepción de inseguridad fueron: San Pedro Garza García, con 14.0; Piedras Negras, con 18.7; Benito Juárez, con 20.7; Saltillo, con 23.0; Los Mochis, con 24.6, y Los Cabos, con 25.1
Aunque en el caso de Mérida, el Inegi considera que el cambio en la percepción de inseguridad, entre septiembre y diciembre de 2024, no fue significativo y la cataloga como ‘sin variación’, lo cierto es que el porcentaje dio un brinco de 24.6 a 31.5 por ciento, es decir, aumentó 6.9 por ciento.
Seguridad pública: Mérida, a la baja en percepción de inseguridad
Donde el Inegi sí colocó a Mérida entre las ciudades que subieron en percepción de inseguridad fue en el balance anual, es decir, de diciembre de 2023 al mismo mes de 2024: subió de 22.2 a 31.5, o sea, 9.3 por ciento.
En este caso, la capital yucateca se ubicó entre las 22 ciudades que subieron en percepción de inseguridad; 55 permanecieron sin cambio y sólo 12 bajaron.
Ahora bien, en la medición sobre seguridad pública, de la población que mencionó haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda durante el cuarto trimestre de 2024, 59.3 por ciento argumentó consumo de alcohol en la vía pública; 49.8 por ciento, robos o asaltos.
Además, 41.1 por ciento, presenció vandalismo en viviendas o negocios; 41.1 por ciento, venta o consumo de drogas; 38.4 por ciento, disparos frecuentes con armas; 25.9 por ciento, bandas violentas o pandillerismo; 14.8 %, con tomas irregulares de luz (diablitos), y 3.2 %, con robo o venta ilegal de gasolina o diésel (huachicol).
En este indicador, Mérida pasó de 14.5 por ciento a 24.7 por ciento entre septiembre y diciembre del año pasado, es decir, aumentó 10.2 por ciento.