- Temperaturas de más de 40 grados, noches sin electricidad y pérdidas económicas generan creciente desesperación en la capital yucateca.
Las noches en la “Ciudad Blanca” se han convertido en auténticas pesadillas. Apagones prolongados, calor sofocante y la ausencia de respuestas claras por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han dejado a miles de meridanos en una situación crítica que amenaza su salud, bienestar y economía.
Durante los primeros días de mayo, diversas zonas del norte, centro y oriente de Mérida han sufrido cortes de energía eléctrica impredecibles y reiterados. Los apagones han ocurrido a cualquier hora del día —en muchos casos durante la madrugada— dejando a las familias sin ventilación, sin refrigeración y sin descanso en medio de temperaturas que superan los 40 grados centígrados.
Testimonios de una ciudad a oscuras
“Esto no es un lujo, es una necesidad básica”, afirma con frustración Natividad Vega Gutiérrez, vecina de Altabrisa. Originaria de la Ciudad de México y residente en Mérida desde hace seis años, denuncia que los apagones ya le han dañado dos televisores. “Pagamos hasta 10 mil pesos mensuales por el servicio de luz. ¿Quién responde por las pérdidas? Nadie”, lamenta.
El malestar se repite en el centro de la ciudad, donde Lorena Castillo ha vivido tres apagones en menos de un mes. “El último fue de 2 a 7 de la mañana. Después nos quedamos sin luz toda la tarde. Es desesperante”, relató. Su refrigerador dejó de funcionar y perdió varios alimentos.
Vecinos señalan que la falta de electricidad durante la noche no solo afecta el descanso, sino también la salud física y emocional. “El calor es insoportable, ni un ventilador puedes prender. Te bañas y en cinco minutos estás empapado de sudor otra vez”, dice Lisbeth Cortés, quien ha perdido comida en más de una ocasión por apagones que se prolongan hasta 10 horas.
Falta de respuesta y sensación de abandono
A pesar de que los usuarios han levantado reportes formales ante la CFE, los afectados denuncian atención tardía, soluciones temporales y respuestas poco claras. El descontento ha crecido, no solo por la falta del servicio, sino por la sensación de abandono institucional.
“Estamos pidiendo algo básico: luz, ventilación, refrigeración. Esto ya no es solo una molestia, es una emergencia”, sentenció Vega.
Urge una respuesta estructural
Los apagones en Mérida han dejado en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico ante el aumento del consumo por el calor extremo, un fenómeno que podría repetirse y agravarse durante los meses más cálidos del año.
Los ciudadanos exigen a la CFE una solución técnica inmediata, pero también transparencia, responsabilidad y empatía. Las pérdidas económicas acumuladas, los daños a equipos y la afectación a la salud por el calor y la falta de descanso están generando un clima de tensión que va en aumento.
En un estado donde las temperaturas siguen al alza, la electricidad no es un lujo: es una necesidad vital.
La Gaceta Yucatán—Redacción.