La tala y alteración ilegal de ecosistemas en Cuxtal, Celestún, Sisal y San Crisanto prende alertas ecológicas; autoridades federales prometen sanciones ejemplares.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha encendido las alarmas tras confirmar casos de devastación ambiental en varias zonas estratégicas de Yucatán, consideradas de alta importancia ecológica. Según informó su delegado en la entidad, Guillermo Humberto Porras Quevedo, actualmente se investigan múltiples denuncias de ecocidio en áreas protegidas y reservas naturales.
Los sitios afectados incluyen la Reserva Ecológica Cuxtal, la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, el puerto de Sisal, Kinchil, y terrenos del rancho Uxmal, donde se ha documentado destrucción de flora nativa, alteración del suelo y afectación directa a especies endémicas.
“Es evidente la falta de conciencia ambiental de algunos desarrolladores. Muchos están actuando fuera del marco legal, priorizando intereses económicos por encima de la conservación del medio ambiente”, declaró Porras Quevedo.
De acuerdo con Semarnat, en estos sitios se han detectado actividades ilegales de deforestación, cambio de uso de suelo sin autorización y construcción de proyectos inmobiliarios sin permisos ambientales. En el caso de San Crisanto, uno de los puntos más sensibles por su biodiversidad costera y manglares, se han observado obras que invaden la zona federal marítimo-terrestre, violando normas federales.
Además, se presume que varios de estos proyectos carecen de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), documento obligatorio para iniciar cualquier tipo de desarrollo en ecosistemas protegidos.
El delegado de Semarnat aseguró que ya se han abierto carpetas de investigación en todos los casos reportados, y que en los próximos días se darán a conocer los nombres de los responsables y las medidas que deberán enfrentar.
Las sanciones podrían incluir:
- Multas económicas de alto impacto.
- Suspensión o clausura de obras.
- Obligación de reforestación y restauración del hábitat dañado.
- Procesos penales si se confirma daño ecológico intencional.
“No estamos en contra del desarrollo, pero sí de las malas prácticas. Es perfectamente posible invertir en Yucatán sin poner en riesgo su invaluable patrimonio natural”, enfatizó Porras Quevedo.
La Semarnat ha hecho un exhorto a promotores inmobiliarios para que, antes de iniciar cualquier proyecto, se acerquen a las autoridades ambientales federales y estatales. El objetivo es asegurar que el crecimiento urbano y turístico en Yucatán sea sostenible, legal y respetuoso del entorno.
Yucatán, por su ubicación geográfica y diversidad biológica, forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano. Cada hectárea de selva y manglar destruida representa no solo una pérdida ambiental local, sino un daño al equilibrio ecológico regional y global.
El caso de Yucatán no es aislado. México atraviesa una creciente presión sobre sus ecosistemas a causa del crecimiento urbano acelerado, turismo sin planificación ecológica y cambios en el uso del suelo para agricultura o ganadería intensiva. Organizaciones ambientalistas ya advierten que de no detener estos procesos, la península podría perder más del 30% de su cobertura vegetal en la próxima década.
- Se investigan actos de devastación ambiental en al menos cinco puntos del estado.
- Los desarrollos inmobiliarios ilegales están en el foco de las sanciones.
- La Semarnat exige cumplimiento estricto de las normas ambientales.
- Se refuerza el llamado al desarrollo sostenible como única vía para crecer sin destruir.
Yucatán enfrenta una encrucijada ambiental. La oportunidad de convertirse en un modelo de desarrollo ecológico está al alcance, pero solo si sociedad, empresas y autoridades caminan en la misma dirección: la del respeto y la restauración del medio ambiente.
La Gaceta Yucatán—Redacción.