- Va y Ven bajo escrutinio: detectan fondos no auditados, déficit millonario y riesgo de sostenibilidad en el sistema de transporte de Yucatán
El sistema de transporte público “Va y Ven”, pieza clave del plan de movilidad del estado, enfrenta una compleja crisis financiera y operativa tras revelarse anomalías en sus finanzas. La Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), encabezada por Jacinto Sosa Novelo, confirmó que se llevan a cabo auditorías internas y presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, luego de encontrar más de 2.4 millones de pesos no auditados, incluyendo 700 mil pesos en efectivo.
Aunque el titular del organismo aseguró que la operación diaria del sistema no se verá interrumpida, reconoció un déficit estructural de casi 1,860 millones de pesos, situación que amenaza con comprometer la viabilidad del servicio en el mediano y largo plazo.
Auditorías y denuncia penal: ¿quién responde por el desorden financiero?
La ATY ha iniciado un proceso formal para deslindar responsabilidades tras detectar recursos no justificados durante el proceso de transición entre administraciones. Si bien la denuncia fue formalizada ante la fiscalía, Sosa Novelo evitó revelar nombres de los presuntos implicados, lo que ha generado cuestionamientos sobre la transparencia en el manejo del caso y la protección de posibles responsables.
Este escenario ha encendido las alertas sobre el verdadero estado financiero del sistema, al que el gobierno estatal apostó como emblema de una movilidad moderna y eficiente.
Modelo insostenible: apenas cubre el 41% de los costos operativos
Uno de los datos más preocupantes revelados por Sosa Novelo es que el sistema Va y Ven apenas alcanza a cubrir el 41% de sus costos operativos actuales, lo que obliga al gobierno estatal a asumir el resto mediante subsidios. Si no se corrige este desequilibrio financiero, advirtió, el Estado necesitará más de 11 mil millones de pesos en subsidios durante los próximos seis años para mantener el servicio a flote.
Esta carga fiscal representa una amenaza directa a la sostenibilidad del sistema, especialmente en un entorno económico donde los recursos públicos compiten con otras prioridades como salud, seguridad y educación.
El polémico plan financiero anterior: nuevos impuestos, tenencia y tarifas al alza
De acuerdo con Sosa Novelo, al asumir la titularidad de la ATY recibió un diagnóstico de la administración saliente en el que se proyectaba recaudar más de 1,500 millones de pesos mediante medidas impopulares como el regreso del cobro de tenencia vehicular, aumentos en la verificación vehicular, nuevos impuestos a plataformas digitales, mototaxis, taxis convencionales y cobros por encuestas o trámites diversos.
Además, se contemplaba un ingreso adicional de 916 millones de pesos por actividades operativas, así como la posibilidad de elevar la tarifa del Va y Ven, una opción que —según el funcionario— no está en análisis actualmente por falta de viabilidad social.
Reacción del gobernador: “El transporte no será negocio para unos cuantos”
El gobernador Joaquín Díaz Mena intervino directamente en la crisis, subrayando que el transporte público debe responder al interés colectivo y no a intereses particulares. Aseguró que las unidades del Va y Ven seguirán operando sin interrupciones, pero que se hará una revisión profunda de la situación financiera del sistema.
“Vamos a revisar con toda transparencia cómo llegamos a este punto, cómo podemos resolverlo sin afectar a la gente. Lo que sí puedo asegurar es que el transporte no se detendrá, pero debe mejorarse para garantizar el derecho a la movilidad”, declaró el mandatario.
Perspectiva económica: ¿puede sostenerse el modelo Va y Ven?
Los hallazgos recientes colocan en el centro del debate la viabilidad económica del sistema de transporte metropolitano de Mérida. Las inversiones iniciales en unidades eléctricas, infraestructura moderna y Centros de Transferencia (Cetram) han sido significativas, pero la falta de mecanismos eficaces de autofinanciamiento y control financiero podría socavar estos avances.
Economistas y urbanistas coinciden en que cualquier sistema de transporte público requiere una base financiera sólida y políticas tarifarias equilibradas que garanticen inclusión sin condenar a la quiebra al operador. La confianza pública también depende de la transparencia con la que se manejen los recursos.
El sistema Va y Ven está en una encrucijada. Si no se toman medidas contundentes para corregir las fallas administrativas, establecer responsabilidades y reconfigurar el modelo financiero, el riesgo de colapso será más que una advertencia técnica: será una realidad que afectará a miles de yucatecos que dependen diariamente del servicio.
La Gaceta Yucatán—Redacción.
