En medio de una tormenta diplomática por las acusaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó tajantemente los señalamientos que vinculan a CIBanco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa con operaciones de lavado de dinero ligadas al narcotráfico. La mandataria defendió la integridad del sistema bancario mexicano, exigiendo pruebas y advirtiendo que México “no es piñata de nadie”.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum cuestionó la solidez de las acusaciones estadounidenses, al asegurar que hasta el momento no se ha presentado ninguna evidencia concreta que respalde la supuesta implicación de estas instituciones en el financiamiento del tráfico ilegal de fentanilo.
“Ni lo aceptamos ni lo negamos. Si hay pruebas, se actúa. Pero si no las hay, no se puede actuar. Hasta ahora, el Departamento del Tesoro no ha enviado ninguna prueba que indique que hubo lavado de dinero”, declaró la presidenta desde Palacio Nacional.
Tensión por señalamientos a bancos mexicanos
El miércoles, el Tesoro estadounidense impuso restricciones a transferencias financieras hacia y desde CIBanco, Intercam y Vector, identificándolos como “instituciones de preocupación principal” bajo la FEND Off Fentanyl Act, que busca frenar el financiamiento del tráfico de opioides sintéticos.
Estas sanciones, de acuerdo con analistas financieros, representan un golpe reputacional severo y ponen en entredicho la credibilidad del sistema financiero mexicano en el plano internacional.
Las tres entidades implicadas rechazaron cualquier participación en actividades ilícitas y manifestaron su disposición a colaborar con las autoridades mexicanas e internacionales para esclarecer los hechos.
El sistema financiero: ¿bajo amenaza del narcotráfico?
El caso ha encendido alarmas sobre la capacidad del narcotráfico para infiltrarse en las estructuras bancarias y bursátiles del país. Según lo publicado por el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), las entidades habrían facilitado pagos hacia China relacionados con la adquisición de precursores químicos para fentanilo, mediante complejas estructuras financieras.
La presidenta Sheinbaum, sin embargo, minimizó el impacto estructural del caso, asegurando que México cuenta con un sistema financiero sólido, supervisado de forma constante por la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México.
“La Secretaría de Hacienda, con la CNBV y en comunicación con el Banco de México, hará todo lo necesario para proteger y mantener la fortaleza de nuestro sistema financiero”, afirmó.

Defensa de la soberanía y exigencia de respeto
Más allá de lo técnico, la respuesta presidencial también tuvo un fuerte tono político. Sheinbaum calificó los señalamientos como un acto de injerencia:
“No somos piñata de nadie. A México se le respeta”, enfatizó, subrayando que la cooperación internacional debe regirse por principios de respeto y evidencia.
La frase fue interpretada como un mensaje directo al gobierno de Joe Biden, cuyo Departamento del Tesoro ha intensificado acciones contra el lavado de dinero en América Latina como parte de su estrategia antidrogas.
Riesgos reputacionales y financieros en juego
El sector financiero mexicano enfrenta ahora un desafío doble: proteger su reputación ante los mercados internacionales y demostrar que sus controles contra el lavado de dinero son eficaces y no meramente formales.
Según expertos consultados por medios nacionales, si no se logra desvirtuar rápidamente la narrativa de los vínculos con el narcotráfico, bancos y casas de bolsa mexicanas podrían enfrentar restricciones adicionales en Estados Unidos y otros países.
Además, las medidas impuestas por el Tesoro podrían complicar la relación bilateral en temas sensibles como cooperación fiscal, extradiciones y seguridad fronteriza.
Mientras la SHCP y la CNBV revisan los reportes de operaciones inusuales y piden información adicional, la atención se centra en si EE.UU. entregará pruebas concretas o si la acusación quedará como un acto de presión política sin sustento judicial.
Por lo pronto, el Gobierno mexicano ha marcado una línea clara: no actuará sin pruebas, pero tampoco permitirá que su sistema financiero sea desacreditado sin fundamentos.
Las acusaciones del Tesoro de EE.UU. contra tres instituciones financieras mexicanas han desatado una respuesta firme del Gobierno de Sheinbaum, que exige pruebas y defiende la integridad del sistema bancario nacional. El caso abre un nuevo capítulo en la lucha contra el lavado de dinero en México, ahora bajo la lupa del escrutinio internacional.La Gaceta Yucatán—Redacción.