MÉRIDA, YUC. 8 AGOSTO 2024.- La Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) redujo a 23 la cifra de ciclones con nombre que se formarán en la Temporada de Huracanes 2024, en el tercer pronóstico del año para la cuenca del océano Atlántico, que emitió el pasado 6 de agosto en su página web oficial.
Aunque aclaró que mantiene su proyección de que esta será un periodo de intenso en cuanto a la formación de huracanes, decidió ‘reducir’ de 25 a 23 la cantidad de fenómenos que serán ‘bautizados’ con alguna nombre de la lista oficial para este año. El resto de los números no los cambió.
Esto quiere decir que, a diferencia de la publicación de abril -en la que también advirtió de la formación de 23 ciclones con nombre- la cifra huracanes de categorías que van de la 1 a la 5 en la escala Saffir-Simpson no varió: se quedó en 12.
Ciclones
Cantidad
Con nombre
23
Huracanes (categorías 1-2)
12
Huracanes intensos (categorías 3-5)
6
Pronóstico del número huracanes en el Atlántico 2024. Fuente: CSU.
De esta previsión de tormentas, se espera que al menos 12 se fortalezcan hasta ser huracanes, y de éstos, 6 se ubicarán entre las categoría 3 y 5 con vientos, por la fuerza de su vientos, que pueden rebasar los 18 kilómetros por hora.
“Este pronóstico es el mismo al publicado durante el mes de julio con la excepción de las tormentas con nombre que se redujeron de 25 a 23. Los números de este pronóstico incluyen los huracanes Beryl y Debby, al igual que las tormentas tropicalesAlberto y Chris“.
La reiteración de la CSU sobre una ‘movida’ temporada de huracanes 2024, a pesar de que ha habido lapsos largos en los que el océano luce ‘tranquilo’, se basa en lo que ellos citan como ‘nuevos’ datos disponibles, conforme se acerca el ‘pico’ del periodo de ciclones.
Como hemos informado, entre agosto y septiembre se forma prácticamente uno cada dos huracanes que ‘ven la luz’ en una temporada, que va de junio a noviembre de cada año.
Entre los factores que los expertos de la Universidad de Colorado toman en cuenta para mantener su hipótesis de una temporada de huracanes por arriba de lo normal citan la temperatura cálida en la superficie del océano Atlántico, que es combustible puro para los ciclones. Aseguran que esta temperatura ‘más caliente’ del agua de mar causa una presión atmosférica más baja, lo que también favorece estos fenómenos.
Además, los pronosticadores de huracanes de la CSU advierten de que los vientos verticales cortantes -que son ‘debilitadores’ de las tormentas -al menos los que se observaron durante junio y julio- no estaban precisamente en su mejor momento.
Ellos ven una correlación entre la cizalladura del viento por debajo de lo normal durante la primera con vientos cortantes por debajo del promedio durante el ‘pico’ del periodo ciclónico, que para los expertos va de agosto a octubre.
Otra factor los expertos citan en sus perspectiva ciclónica, la tercera que emiten cada año, es el fenómeno de la La Niña, que tiende a reduce los vientos del oeste en los niveles altos, sobre todo en el mar Caribe y océano Atlántico. El resultado es el debilitamiento de la cizalladura vertical y, por ende, condiciones ya no sólo para la formación de los ciclones, sino su intensificación a huracanes.
Pero lo que más preocupa a los pronosticadores es que, aun cuando no se cumpla esta ‘condición’ de La Niña, habrá condiciones ‘frías’ o ‘neutrales’ de ENSO
La Niña tiende a debilitar los vientos del oeste en los niveles altos en todo el Caribe y el Atlántico tropical. Esta disminución de los vientos en los niveles superiores da como resultado una reducción de la cizalladura vertical del viento, lo que favorece la formación e intensificación de huracanes en el Atlántico.
Incluso, si no se cumplen las condiciones de La Niña, el equipo de CSU anticipa condiciones frías y neutrales de ENSO (siglas en inglés de Oscilación del Sur), que al combinarse con un océano cálido producen un campo de cultivo para la génesis de las tormentas.