- Acuerdo entre potencias detiene temporalmente la escalada arancelaria y reactiva la confianza en los mercados globales
En un movimiento que genera un importante respiro para la economía mundial, Estados Unidos y China anunciaron este lunes un acuerdo para reducir significativamente sus aranceles mutuos durante un período de 90 días. La medida, considerada una tregua arancelaria temporal, busca contener el impacto negativo que la guerra comercial ha tenido en el crecimiento global, las cadenas de suministro y la estabilidad financiera.
De acuerdo con el Representante Comercial de EE. UU., Jamieson Greer, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, Washington reducirá los aranceles a productos chinos del 145 % al 30 %, mientras que Pekín rebajará sus gravámenes a productos estadounidenses del 125 % al 10 %. El anuncio se realizó en el marco de una conferencia de prensa en Ginebra, tras intensas negociaciones bilaterales celebradas durante el fin de semana.
Un freno a la fragmentación económica global
La tregua llega en un contexto de creciente preocupación por una posible recesión inducida por el conflicto comercial entre las dos economías más grandes del mundo. Desde el retorno de Donald Trump a la presidencia en enero, Estados Unidos intensificó su política arancelaria, provocando una ola de incertidumbre que afectó el comercio por valor de casi 600.000 millones de dólares y desató temores de estanflación global.
“La conclusión común de ambas delegaciones es que ninguna de las partes desea una disociación económica. Los aranceles excesivos impuestos fueron, en la práctica, un embargo”, declaró Bessent. Subrayó además que el objetivo compartido es restaurar un comercio más equilibrado, sin sacrificar los intereses estratégicos de cada nación.
Mercados en alza y optimismo entre los inversionistas
La noticia provocó una inmediata reacción positiva en los mercados bursátiles globales, con fuertes subidas en los índices de Wall Street, Asia y Europa. El dólar también registró una apreciación, reflejo de un mayor apetito por el riesgo entre los inversionistas, que interpretan la tregua como una señal de estabilidad y cooperación económica entre las superpotencias.
Economistas y analistas coincidieron en que el acuerdo fue más amplio de lo esperado. Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management, señaló: “Esperábamos una reducción parcial, pero los términos superaron nuestras previsiones. Esto alivia significativamente la presión sobre las cadenas de suministro globales y reduce el riesgo de una crisis económica inminente”.
Prioridades estratégicas aún sobre la mesa
A pesar del alivio temporal, Bessent aclaró que el acuerdo no define medidas específicas por sectores y que Estados Unidos continuará con su estrategia de reequilibrio en industrias críticas como la farmacéutica, semiconductores y acero, donde ha detectado vulnerabilidades estructurales.
El conflicto comercial, que se intensificó tras la imposición unilateral de aranceles por parte de EE. UU., también había sido respondido por China mediante restricciones a la exportación de minerales estratégicos y el aumento de aranceles a bienes estadounidenses clave. Este enfrentamiento generó una fuerte disrupción en los flujos comerciales globales y contribuyó a la ralentización del crecimiento económico en distintas regiones.
Las negociaciones en Ginebra, celebradas en la residencia oficial del embajador suizo ante la ONU, marcaron el primer contacto directo de alto nivel entre ambas naciones desde el inicio de esta nueva fase del conflicto. El resultado ofrece una ventana de oportunidad para reencaminar el diálogo hacia una resolución más permanente, mientras el mundo observa con atención los próximos pasos.
La Gaceta Yucatán—Redacción.
