Con las lluvias de temporada y el aumento del parque vehicular, el problema de los baches se ha intensificado en calles y avenidas de Mérida. En respuesta, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno del Estado han desplegado brigadas de bacheo, pero el gasto público revela una notoria diferencia en responsabilidades y costos.
El costo de tapar un bache
De acuerdo con datos proporcionados por la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento de Mérida, el municipio destina un promedio de $200 millones de pesos anuales para labores de mantenimiento vial y bacheo, enfocándose en las más de 2,400 colonias y comisarías bajo su jurisdicción. Solo entre junio y agosto de 2025, se han intervenido más de 60 mil metros cuadrados de vialidades, según reportes oficiales.
Por su parte, el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Obras Públicas (SOP), ha destinado en este mismo periodo cerca de $80 millones de pesos para bacheo en vías de competencia estatal, como periféricos, circuitos principales y conexiones intermunicipales. Sin embargo, el enfoque estatal ha estado más dirigido a proyectos de reencarpetamiento y pavimentación nueva, como parte del Plan de Movilidad y Modernización Urbana.

¿Quién debe asumir la responsabilidad?
La presidenta municipal de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, ha enfatizado que la infraestructura vial urbana es una tarea permanente del municipio, aunque considera que se necesita mayor coordinación y corresponsabilidad con el gobierno estatal para atender zonas limítrofes o avenidas de alto tránsito que no están claramente definidas como responsabilidad municipal.
“Estamos haciendo lo que nos toca, pero la ciudad crece más rápido de lo que crecen los presupuestos. Necesitamos que el esfuerzo sea compartido y coordinado”, declaró la edil.
Por su parte, voceros del Gobierno del Estado han reiterado que los recursos estatales están destinados a vialidades troncales, pero han mostrado disposición a apoyar con maquinaria y materiales en casos donde los ayuntamientos no tengan la capacidad operativa inmediata.

Presión ciudadana y gasto invisible
La ciudadanía, sin embargo, no distingue entre vialidades estatales o municipales. Para el automovilista, el bache es un problema inmediato, y su reparación, una exigencia constante. La proliferación de reportes en redes sociales, plataformas como Ayuntatel y el número 072 ha generado una sobrecarga operativa, que no siempre se traduce en respuesta oportuna.
Además, el costo social y económico es invisible pero real: afectaciones mecánicas, accidentes, y retrasos en el transporte público son consecuencias que pagan directamente los ciudadanos, mientras se cuestiona la eficacia de los programas de mantenimiento vial.
¿Dónde queda la rendición de cuentas?
Mientras que el Ayuntamiento publica informes trimestrales sobre metros cuadrados bacheados y presupuesto ejercido, el Gobierno del Estado mantiene cifras más generales y dispersas en reportes anuales. Organizaciones ciudadanas como “Vigilantes del Asfalto” han solicitado mayor transparencia en los contratos de bacheo, duración de materiales y resultados a largo plazo.
Un problema compartido, una solución pendiente
El bacheo en Mérida no es solo una cuestión de reparación vial, sino una muestra de cómo los distintos niveles de gobierno deben coordinarse para enfrentar problemas urbanos con implicaciones económicas, sociales y políticas. La diferencia en inversión y cobertura entre el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado refleja también distintas prioridades y enfoques, pero para la ciudadanía, el desgaste diario del pavimento sigue siendo una deuda sin resolver.
La Gaceta Yucatán—Redacción.