La primera semana de mayo de 2025 estuvo marcada por un enfrentamiento político de alto calibre entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el expresidente Ernesto Zedillo, en un intercambio que revivió viejas heridas del sistema económico y político mexicano. La confrontación comenzó con una crítica a la reforma judicial impulsada por el gobierno actual y terminó con denuncias por presuntos vínculos con el crimen organizado, acusaciones de corrupción y una revisión pública del polémico rescate bancario conocido como Fobaproa.
Zedillo acusa colapso democrático; Sheinbaum responde con Fobaproa y crimen organizado
Todo comenzó el 28 de abril, cuando Ernesto Zedillo publicó un ensayo en la revista Letras Libres afirmando que, con la reciente reforma al Poder Judicial, “en México murió la democracia”. El exmandatario cuestionó que la elección directa de jueces —impulsada por el actual gobierno— es una práctica ajena a los países democráticos, señalando que los candidatos “no reúnen las calificaciones profesionales ni éticas necesarias”.
Un día después, desde su conferencia matutina en Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum respondió con dureza. Recordó la crisis económica de 1995, el polémico rescate bancario del Fobaproa, y acusó al expresidente de haber favorecido a grandes empresarios en detrimento de la ciudadanía. “Ahora resulta que Zedillo es el paladín de la democracia. Millones de familias perdieron todo por sus decisiones económicas. Convierte deudas privadas en deuda pública que seguimos pagando”, lanzó Sheinbaum.
Pensión presidencial bajo la lupa
El 29 de abril, Sheinbaum fue más allá y cuestionó públicamente la pensión vitalicia que aún recibe Zedillo, la cual asciende a 143 mil pesos mensuales. Señaló además que el exmandatario trabajó para empresas que fueron beneficiadas durante su gobierno, por lo que solicitó al Banco de México investigar posibles conflictos de interés.
Zedillo no tardó en contestar. A través de una carta pública, calificó las declaraciones de Sheinbaum como “calumnias e insultos” y comparó su estilo con el de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. “La presidenta ha reaccionado exactamente de la misma manera: sin argumentos, solo con descalificaciones”, sentenció.
El caso Fobaproa resurge con fuerza
El 1 de mayo, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, ofreció una conferencia donde detalló el funcionamiento del Fobaproa durante el sexenio de Zedillo. “Se fondearon bancos que enfrentaban problemas de cartera vencida, y se cubrieron adeudos privados por más de 73 mil millones de pesos. Esta no era la función original del fondo”, señaló Gómez, acusando un uso irregular del mecanismo.
Tras la exposición de la UIF, legisladores de Morena en el Senado propusieron abrir una revisión del actuar de Zedillo en la crisis bancaria, incluyendo una posible indagatoria por actos de corrupción.
Sheinbaum cierra el capítulo con acusaciones de represión
Para el viernes, Sheinbaum dio por cerrada su confrontación con el expresidente, pero no sin antes lanzar una última crítica: calificó su mandato como “autoritario”, recordando hechos como la represión al EZLN y la masacre de Aguas Blancas, ocurridos en los años más duros de la transición democrática mexicana.
El choque entre Sheinbaum y Zedillo ha sacado a relucir viejos expedientes y ha colocado en el centro del debate temas fundamentales como la independencia judicial, la corrupción del pasado y la legitimidad de las reformas actuales. Más allá del intercambio de declaraciones, el episodio evidencia que las tensiones entre los modelos de gobierno del pasado y del presente siguen marcando la agenda política nacional.
La Gaceta Yucatán—Redacción.
