- En una histórica misa previa al cónclave, el cardenal Giovanni Battista Re apeló a los cardenales electores a elegir un líder capaz de responder a los desafíos espirituales y globales de la actualidad.
Con palabras que resonaron en cada rincón de la Basílica de San Pedro, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, instó este miércoles a los 133 cardenales electores a abandonar intereses personales y elegir “al papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo”.
La exhortación tuvo lugar durante la solemne misa Pro eligendo Pontifice, el tradicional acto litúrgico que precede al inicio del cónclave, previsto para las 16:30 (hora local) en la Capilla Sixtina. Desde ese momento, los cardenales quedarán completamente aislados del mundo exterior —sin teléfonos, con cobertura bloqueada— hasta alcanzar la elección del 267º sucesor de San Pedro.
“Que el Espíritu Santo nos dé un papa según el corazón de Dios”
Re, de 91 años, no participará en la votación por su avanzada edad, pero su homilía marcó el tono espiritual del proceso electoral más influyente del cristianismo. Recordó a los electores que están ante “un acto de máxima responsabilidad humana y eclesial” y que deben actuar movidos únicamente por “el bien de la Iglesia y de la humanidad”.
Durante su discurso, evocó el gesto de humildad de Cristo en la Última Cena —lavando los pies incluso a Judas— como ejemplo del servicio desinteresado que debe encarnar el nuevo pontífice. También delineó los desafíos del futuro Papa: fortalecer la comunión entre los cristianos, mantener la unidad sin caer en la uniformidad, y renovar la presencia moral de la Iglesia en un mundo marcado por el progreso tecnológico y la creciente secularización.
“La sociedad de hoy, por más avanzada que parezca, corre el riesgo de olvidar a Dios”, advirtió Re, al tiempo que subrayó la responsabilidad de la Iglesia en la defensa de los valores fundamentales humanos y espirituales.
Un cónclave impredecible en tiempos de cambio
La composición del cuerpo electoral añade un elemento de incertidumbre sin precedentes. De los 133 cardenales con derecho a voto, 108 fueron nombrados por el papa Francisco, muchos provenientes de regiones tradicionalmente subrepresentadas como Mongolia, Suecia y Tonga. Esta expansión del llamado “sur global” ha diversificado el perfil del colegio cardenalicio, tanto en edad como en perspectiva pastoral.
Muchos de estos electores no se conocían entre sí hasta hace unos días, una circunstancia que podría prolongar el proceso de votación. Para ser elegido, el futuro papa necesitará el respaldo de al menos dos tercios del colegio, es decir, 89 votos.
Mientras el mundo observa con expectativa, la Iglesia Católica —con más de 1.400 millones de fieles— se prepara para recibir a su próximo líder. Un pontífice que no solo deberá guiar espiritualmente a la comunidad cristiana, sino también ser una voz moral en un planeta dividido por crisis climáticas, guerras, desigualdad y pérdida de sentido.
La Gaceta Yucatán—Redacción.