Durante el gobierno de Adán Augusto López Hernández en Tabasco (2019-2021), se consolidó una red criminal conocida como La Barredora, señalada como brazo operativo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región. De acuerdo con múltiples informes de inteligencia militar, los vínculos de esta organización con funcionarios de alto nivel del gobierno estatal llevan, inevitablemente, hasta el propio exgobernador y actual figura influyente en Morena: Adán Augusto López.
Red de complicidades en el corazón del poder
El entramado de La Barredora se fortaleció bajo la protección institucional. Su liderazgo operativo recayó en Hernán Bermúdez Requena, actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, identificado por agencias de inteligencia como actor clave en la expansión del crimen organizado en el estado.
Dos informes clasificados, uno del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (Cenfi) y otro del Centro Regional de Fusión de Inteligencia (Cerfi) —fechados en agosto de 2019— revelan cómo Nicolás Bautista Ovando, entonces vicefiscal de delitos comunes, mantenía vínculos con Trinidad Alberto de la Cruz Miranda, alias “Pelón de Playas del Rosario”, figura criminal ligada originalmente a Los Zetas y posteriormente a La Barredora.
Estos documentos colocan a Bautista Ovando dentro del engranaje de protección política y judicial que habría permitido operar a este grupo delictivo en Tabasco durante la administración de López Hernández.
La fiscalía: una pieza más del tablero
Durante su mandato, Adán Augusto propuso al Congreso local una terna para ocupar la Fiscalía General del Estado. Entre los candidatos se encontraba el propio Nicolás Bautista Ovando, aunque finalmente fue nombrado Jaime Humberto Lastra Bastar, un político cercano al entonces gobernador y actual diputado federal de Morena.
Pese a no ser electo como fiscal, Bautista fue colocado en un puesto clave: la vicefiscalía de delitos comunes, desde donde, según los informes militares, se habrían facilitado las operaciones de La Barredora al interior del sistema de justicia local.
La designación de estos perfiles, y la tolerancia institucional hacia sus vínculos, plantean la pregunta incómoda: ¿hasta qué punto el gobierno de Adán Augusto López fue cómplice o incluso motor de esta red criminal?
CJNG, huachicol, migrantes y narco: el alcance de La Barredora
La Barredora no era una banda local menor. Su actividad incluía huachicol (robo de combustible), tráfico de migrantes, extorsión, secuestro y narcotráfico, consolidando su poder con el respaldo de funcionarios públicos. Los informes del Ejército refieren que la protección institucional permitió a esta organización extender su control territorial y operar con impunidad.
El silencio político y el ascenso nacional
Adán Augusto López Hernández abandonó la gubernatura en 2021 para integrarse al gabinete de Andrés Manuel López Obrador como secretario de Gobernación, cargo desde el cual se convirtió en una de las figuras más influyentes de Morena a nivel nacional.
Hoy, mientras sus operadores locales enfrentan crecientes señalamientos, el exgobernador mantiene un perfil político activo y sin consecuencias legales visibles, a pesar de que los documentos de inteligencia lo ubican en el centro de decisiones clave que beneficiaron al crimen organizado en su estado.
¿Acaso el caso de La Barredora en Tabasco es una muestra más de cómo el poder político puede blindar al crimen organizado? ¿O es el inicio de una investigación que, más tarde o más temprano, deberá alcanzar al círculo más alto del poder morenista?
La Gaceta Yucatán.—Redacción.