- Tensión en el Caribe: Venezuela despliega tropas tras presencia militar estadounidense; Caracas denuncia una amenaza sin precedentes y exige el retiro de activos navales.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, emitió este lunes una advertencia directa a Estados Unidos, al asegurar que su país responderá con una “lucha armada” si se produce una agresión militar en su contra. La declaración se da en medio de una creciente tensión en el Caribe, donde Estados Unidos ha desplegado una flota naval, contingentes militares y un submarino nuclear, en el marco de operaciones antidroga que, según Washington, apuntan a redes vinculadas al alto gobierno venezolano.
“Si Venezuela resulta agredida, nos declararemos en lucha armada y en República en armas”, afirmó Maduro durante una rueda de prensa con medios internacionales. “Estamos enfrentando la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años”.
Despliegue militar y alistamiento ciudadano
En respuesta a los movimientos militares de EE.UU. en aguas del Caribe, el gobierno venezolano ha iniciado el despliegue de unidades en la frontera, activado planes de defensa interna y convocado a milicianos y ciudadanos a alistarse en lo que define como una fase de “máxima preparación”.
La tensión se agrava a pocos días del inicio de Unitas 2025, el ejercicio naval multinacional que Estados Unidos liderará desde el 15 de septiembre en sus costas, y que, aunque previsto, coincide con el incremento de actividad militar en la región. Para Caracas, el operativo no es rutinario, sino parte de una estrategia para intimidar y desestabilizar.
“Son ocho barcos de guerra, con 1.200 misiles y un submarino nuclear que apunta a Venezuela. Es una amenaza extravagante, inmoral y sangrienta”, sostuvo Maduro. “Ante la máxima presión, respondemos con máxima preparación y rebeldía”.
De la diplomacia a la confrontación directa
Las relaciones entre Caracas y Washington han dado un giro radical. De los acercamientos diplomáticos de 2024 —que incluyeron reuniones de alto nivel en Miraflores—, se ha pasado a acusaciones abiertas por parte de funcionarios estadounidenses que vinculan al presidente venezolano con el Cartel de los Soles, una presunta organización criminal dedicada al narcotráfico.
Washington ha incrementado a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, quien ha respondido negando las acusaciones: “Si están buscando a un mafioso, búsquenlo en otro lado. Aquí hay un revolucionario respaldado por su pueblo y por la Fuerza Armada”.
El mandatario también denunció que “la mafia de Miami ha tomado el poder político de la Casa Blanca y del Departamento de Estado”, y comparó la situación con la crisis de los misiles de 1962 entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, señalando que “no se conoce una amenaza de esta magnitud en América Latina desde entonces”.
Contactos diplomáticos, tensos pero abiertos
Maduro reconoció que los canales de comunicación con Estados Unidos aún existen, aunque se encuentran “maltrechos”. Mencionó contactos con el encargado de Negocios, John McNamara, y con el enviado especial Richard Grenell, con quien se negocian intercambios humanitarios. Sin embargo, apuntó sus críticas directamente al secretario de Estado, Marco Rubio, a quien acusó de provocar una guerra en la región.
“Señor Trump, cuídese. Marco Rubio quiere manchar sus manos con sangre latinoamericana. Él le empuja hacia una masacre”, afirmó Maduro. “Pero con la palabra y el respeto, todo es posible”.
Presión internacional y reclamo regional
Venezuela ha acudido a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para exigir el retiro de activos militares estadounidenses del mar Caribe. En una reunión extraordinaria de cancilleres, el gobierno venezolano denunció que Estados Unidos utiliza la lucha antidrogas como pretexto para una intervención militar.
El canciller Yván Gil pidió la intervención del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para reducir las tensiones y evitar un conflicto regional.
“Estados Unidos no tiene autorización multilateral para operar con armas ofensivas en esta región”, dijo Gil. “Están rompiendo los equilibrios geopolíticos del continente”.
¿Una nueva crisis hemisférica?
La creciente militarización del Caribe ocurre en un momento de alta volatilidad política tanto en Venezuela como en Estados Unidos, donde la campaña presidencial ha reactivado las posturas más duras hacia el gobierno de Maduro. Mientras tanto, opositores como María Corina Machado continúan impulsando un proceso de transición desde la clandestinidad, apoyados por sectores republicanos en Washington.
La situación plantea un escenario de riesgo elevado: una confrontación directa entre dos gobiernos sin relaciones formales, en una región históricamente marcada por la inestabilidad y el intervencionismo.
La Gaceta Yucatán—Redacción.