El mundo entra en una fase de máxima tensión tras la confirmación de un ataque militar de Estados Unidos contra instalaciones nucleares clave en Irán. El expresidente Donald Trump anunció este sábado, a través de su red Truth Social, que las fuerzas estadounidenses bombardearon tres centros nucleares iraníes: Fordow, Natanz y Esfahan, en una ofensiva que ha elevado la alarma internacional ante el riesgo de una escalada regional de consecuencias impredecibles.
“Una carga completa de bombas fue lanzada en el sitio principal, Fordow. Todos los aviones están a salvo en su camino a casa. Felicitaciones a nuestros grandes guerreros americanos. No hay otro ejército en el mundo que podría haber hecho esto. ¡Ahora es el momento de la paz!”, escribió Trump en su publicación.
Una decisión premeditada
Horas antes del ataque, Trump se reunió con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca. Según declaraciones oficiales, el exmandatario había estado evaluando una posible ofensiva en respuesta a las crecientes tensiones entre Irán e Israel. La Casa Blanca había anticipado que una decisión sería tomada en un plazo de dos semanas, sin embargo, el bombardeo fue ejecutado de forma sorpresiva.
“No buscamos un alto el fuego. Buscamos una victoria total y completa. La victoria es clara: nada de armas nucleares”, expresó Trump en una entrevista previa con Fox News.
Contexto regional crítico
La operación estadounidense ocurre en medio de una creciente inestabilidad en Medio Oriente. Desde el pasado 13 de junio, Irán e Israel han intercambiado ataques aéreos tras el bombardeo israelí a infraestructuras nucleares y militares iraníes. El gobierno iraní ha reiterado en múltiples ocasiones que su programa nuclear tiene fines pacíficos, pero tanto Estados Unidos como Israel insisten en impedir que Teherán obtenga capacidad armamentística nuclear.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó la primera ofensiva mientras se desarrollaban negociaciones con Estados Unidos sobre el programa nuclear iraní.
El despliegue militar estadounidense
El ataque habría sido llevado a cabo utilizando tecnología de última generación. Aviones bombarderos B-2 participaron en la ofensiva, mientras se reporta la movilización de otras unidades como el portaviones USS Nimitz y cazas F-16, F-22 y F-35 en la región.
Una de las armas clave mencionadas en los reportes es la GBU-57/MOP, una bomba guiada de 13,600 kilogramos diseñada para penetrar estructuras subterráneas reforzadas, como el búnker nuclear de Fordow.
Preocupación internacional
El ataque ha generado reacciones de preocupación por parte de la comunidad internacional, con analistas y líderes globales alertando sobre la posibilidad de un conflicto regional más amplio, e incluso una guerra abierta. Organismos multilaterales y gobiernos aliados llaman a la moderación y a retomar el camino diplomático.
La Gaceta Yucatán—Redacción.