2 de mayo de 2025 –La tensión entre la Casa Blanca y Amazon escaló esta semana tras la polémica en torno a cómo la empresa de Jeff Bezos manejaría el impacto de los nuevos aranceles impuestos por la administración Trump. Aunque Amazon desmintió que planee detallar el impacto de las tarifas aduaneras en sus precios al consumidor, el episodio ya ha desatado una tormenta política con profundas implicaciones económicas para el comercio minorista, la logística y las relaciones empresariales entre Estados Unidos y China.
La versión oficial: la Casa Blanca acusa a Amazon de “acto político hostil”
Karoline Leavitt, portavoz presidencial, fue directa al calificar de “acto hostil y político” la supuesta intención de Amazon de reflejar públicamente el costo de los aranceles sobre sus productos. “¿Por qué no lo hicieron cuando la inflación alcanzó su punto máximo durante la administración Biden?”, cuestionó Leavitt, en una rueda de prensa donde estuvo acompañada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
La funcionaria también sugirió que Jeff Bezos mantiene intereses alineados con el gobierno chino, lo cual —según ella— explicaría la actitud de Amazon. Aunque la empresa negó rotundamente la implementación de esta política, el mensaje desde el ala oeste fue contundente: se trata de una acción con tintes políticos más que comerciales.
Amazon desmiente: “No aprobaremos ese tipo de comunicación”
Horas después del ataque verbal desde Washington, un portavoz de Amazon, Tim Doyle, aclaró que la compañía no planea mostrar el desglose de los aranceles en los precios de sus productos, desmintiendo así la versión publicada por Punchbowl News. Según Doyle, una idea surgida dentro del equipo de Amazon Haul —plataforma de ofertas de bajo costo— fue discutida, pero nunca se implementó ni se aprobó.
Este desmentido no impidió que el tema se posicionara en el debate económico, especialmente en un contexto donde los aranceles están redefiniendo la dinámica del comercio exterior estadounidense.
Aranceles, relocalización y despidos: impacto real en la cadena logística
En paralelo al conflicto con Amazon, UPS anunció un recorte de 20,000 puestos a nivel mundial para 2025. La empresa de mensajería, que cuenta con casi medio millón de empleados, atribuye esta decisión a la caída de volumen en sus operaciones con Amazon, su principal cliente. Carol Tomé, CEO de UPS, explicó que la compañía debe “reconfigurar sus operaciones” para adaptarse a un entorno comercial cada vez más volátil, marcado por restricciones aduaneras, cambios en la demanda y presiones políticas.
Este recorte masivo no solo muestra cómo los aranceles de Trump están impactando las operaciones logísticas y el comercio minorista, sino también cómo la política comercial se convierte en un eje de presión laboral, afectando directamente el empleo a escala global.
Política, negocios y una relación ambigua entre Trump y Bezos
El actual enfrentamiento entre la Casa Blanca y Amazon se produce luego de meses de una aparente distensión entre Donald Trump y Jeff Bezos. El dueño de Amazon fue invitado al acto de investidura presidencial de enero, y su diario, The Washington Post, evitó respaldar a la candidata demócrata Kamala Harris durante la campaña, rompiendo una tradición editorial de décadas.

Este acercamiento parece haberse desmoronado rápidamente ante la posibilidad de que Amazon cuestionara —aunque fuera de forma indirecta— el efecto económico de las políticas arancelarias del gobierno.
El cruce entre Amazon y la Casa Blanca refleja una tensión estructural en el modelo económico estadounidense, donde las grandes tecnológicas, la política comercial y el empleo industrial colisionan en el nuevo tablero geoeconómico global. Con los aranceles de Trump como telón de fondo, se reabre el debate sobre el costo real de relocalizar la producción, el rol de las grandes plataformas de comercio y el poder que aún tienen —o no— los gigantes corporativos frente al poder ejecutivo.
La Gaceta Yucatán—Redacción.