15 de abril del 2025.- La Delegación Federal de la Secretaría del Bienestar en Yucatán enfrenta una creciente crisis de legitimidad y funcionamiento, con su titular, Rogerio Castro Vázquez, en el centro de múltiples denuncias públicas, quejas internas y señalamientos sobre su gestión. La presión para su relevo ha ido en aumento, tanto desde la ciudadanía como desde sectores del propio partido Morena.
Extrabajadores de la dependencia han acusado despidos injustificados, sin que hasta ahora haya una explicación legal o institucional por parte de Castro Vázquez. Lo que agrava la situación es que muchos de los afectados son personas con años de trayectoria dentro del movimiento de la Cuarta Transformación, lo cual ha generado una ruptura interna en las filas morenistas.
A estas denuncias se suman críticas por falta de transparencia, trato autoritario, presuntos favoritismos, y quejas ciudadanas relacionadas con deficiencias en la atención y distribución de recursos. La gestión de Castro Vázquez ha sido señalada como un obstáculo para el buen funcionamiento de los programas federales en la entidad.
Con un historial polémico desde sus tiempos en cargos estatales —donde ya era vinculado con irregularidades administrativas y actitudes prepotentes—, su actual permanencia al frente de Bienestar es vista como un riesgo para la imagen del gobierno federal en Yucatán.
Militantes inconformes han exigido públicamente a la Secretaría del Bienestar en la Ciudad de México que se tomen medidas inmediatas, no solo mediante una investigación interna, sino también con un cambio de liderazgo que recupere la confianza social y reencauce el trabajo institucional.
“El Bienestar en Yucatán necesita urgentemente una nueva cara, alguien que inspire confianza y represente los principios del movimiento”, expresaron activistas y miembros del partido.
En redes sociales, la figura de Rogerio Castro ha sido duramente cuestionada, pasando de símbolo del ascenso social y político a rostro del desgaste, el conflicto y la opacidad. Analistas locales coinciden: su capital político está agotado y su continuidad podría profundizar la crisis institucional.
La Gaceta Yucatán—Redacción.