- Washington y Doha contradicen la versión de Trump sobre un supuesto obsequio de un avión presidencial por parte de Qatar. Nuevas revelaciones apuntan a que su administración inició el acercamiento.
— Una investigación de CNN, respaldada por múltiples fuentes oficiales, desmiente la narrativa sostenida por Donald Trump sobre la adquisición de un Boeing 747-8 de parte de Qatar. A diferencia de lo que el expresidente ha afirmado públicamente —que la familia real qatarí le ofreció el avión como un “regalo” sin costo—, documentos y testimonios revelan que fue la propia administración Trump la que tomó la iniciativa en acercarse a Doha, en busca de un avión que pudiera usarse como reemplazo temporal del Air Force One.
Cuatro fuentes con conocimiento directo de las conversaciones aseguraron que, tras asumir el poder en enero, la administración Trump buscó alternativas rápidas para sustituir los envejecidos aviones presidenciales, luego de que Boeing informara que la entrega de los nuevos modelos no se concretaría sino hasta 2027.
Frente a este retraso, el Pentágono comenzó a explorar otras opciones. Fue entonces cuando Steve Witkoff, enviado personal de Trump para Medio Oriente, recibió la instrucción directa de identificar posibles aeronaves disponibles a corto plazo. Boeing, en respuesta a una solicitud oficial, presentó una lista de clientes con modelos potencialmente aptos, entre los que figuraba Qatar.
La versión de Trump: un “gesto” qatarí
Trump ha sostenido en repetidas ocasiones, incluso en su red Truth Social, que el avión fue ofrecido por la familia real de Qatar como un “REGALO, SIN CARGO”. Aseguró que no planeaba volar en él durante su mandato, pero sí integrarlo a su “catálogo presidencial” posteriormente. “Es un gran gesto. Yo no soy alguien que rechazaría ese tipo de oferta”, dijo durante su reciente gira por Medio Oriente.
Sin embargo, funcionarios de defensa estadounidense y del gobierno qatarí contradicen esta afirmación. “Fue el Pentágono quien se acercó primero. No hay ninguna evidencia de que Qatar haya ofrecido el avión espontáneamente”, dijo una fuente con conocimiento de las discusiones.
El proceso legal sigue en curso
Lejos de tratarse de una transacción cerrada o informal, ambas partes siguen involucradas en una compleja revisión legal. “Desde el acercamiento inicial hasta hoy, el tema sigue en manos de los equipos legales, y no se ha tomado ninguna decisión definitiva”, reveló otra fuente.
El primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani, también negó que se haya hecho una oferta directa a Trump. En entrevista con CNN, explicó que se trata de una posible transacción entre gobiernos, aún sujeta a revisión legal. “Si es legal y podemos apoyar a EE.UU., lo haremos. Pero si no, retiraremos la oferta”, afirmó.
Cuestionamientos éticos y técnicos
El posible acuerdo ha generado controversia tanto entre demócratas como entre algunos republicanos, quienes plantean serias preocupaciones éticas. Asimismo, legisladores han advertido sobre posibles repercusiones diplomáticas, incluidas restricciones futuras en la venta de armas a Qatar.
A nivel técnico, la conversión de un Boeing usado en un avión presidencial presenta obstáculos monumentales. Expertos en inteligencia y defensa afirman que adaptar el avión con los sistemas de comunicación, defensa y seguridad requeridos por un Air Force One podría tardar hasta dos años y costar varios cientos de millones de dólares adicionales.
“Reacondicionar un avión de este tipo con especificaciones presidenciales es una tarea colosal, con altísimos riesgos de seguridad si se hace a las prisas”, advirtió un exfuncionario de contrainteligencia estadounidense.
El reemplazo oficial aún está lejos
La entrega de los dos Boeing 747-800 oficialmente destinados a convertirse en los nuevos Air Force One sigue programada para 2027, aunque la Fuerza Aérea no descarta nuevos retrasos. Trump, impaciente, ha criticado públicamente a Boeing y ha reiterado su interés en alternativas más rápidas, incluso si ello implica adquirir aviones usados.
“La entrega se ha demorado demasiado. Podría comprar uno usado y convertirlo”, dijo en febrero a bordo del Air Force One.
Lejos de tratarse de un generoso regalo espontáneo de Qatar, el supuesto avión presidencial ofrecido a Trump es parte de una negociación iniciada por su propio gobierno. Las declaraciones de Trump parecen más alineadas con una narrativa política que con los hechos documentados por múltiples fuentes oficiales y diplomáticas.
El caso sigue bajo revisión legal, pero ha dejado al descubierto los riesgos de confundir relaciones diplomáticas con intereses personales y ha reabierto el debate sobre la transparencia en el uso de recursos gubernamentales.
La Gaceta Yucatán—Redacción.