Washington acusa a México de fracasar en el combate al narco y alienta a empresas a mudarse a EE.UU.; la carta oficial de Trump marca un punto de inflexión en la relación bilateral.
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- Redefinición México–EE.UU.: Trump lanza ofensiva arancelaria por crisis del fentanilo
La relación bilateral entre México y Estados Unidos entra en una etapa crítica. El expresidente y ahora nuevamente mandatario Donald Trump ha dado un golpe de alto impacto al gobierno de Claudia Sheinbaum al imponer un arancel general del 30% sobre los productos mexicanos exportados a EE.UU., con efecto a partir del 1 de agosto de 2025. La medida, justificada por lo que Trump califica como un “fracaso de México” para detener a los cárteles del narcotráfico, reconfigura las bases de cooperación entre ambos países en comercio, seguridad y migración.
En una carta fechada el 11 de julio y dirigida personalmente a la presidenta Sheinbaum, Trump trazó tres ejes clave para su política hacia México durante este nuevo cuatrienio: combate a las drogas (con énfasis en el fentanilo), restricciones al proteccionismo mexicano y freno a la tercerización de productos con destino a EE.UU. vía territorio mexicano.
“A pesar de nuestra sólida relación, México ha fallado en detener a los cárteles que intentan convertir a América del Norte en un patio de recreo del narcotráfico”, escribió Trump. “No puedo permitir que eso suceda”.
Aranceles como castigo político y económico
La imposición arancelaria no es simbólica: se aplicará de forma directa a todas las exportaciones mexicanas, sin excepción, salvo a aquellas producidas o ensambladas dentro del territorio estadounidense. La Casa Blanca ha advertido que cualquier intento mexicano por transferir productos a través de terceros países para evadir los aranceles será sancionado con la misma tasa del 30%.
Además, Trump abrió la puerta a aumentos adicionales si México decide responder con medidas espejo. El mensaje fue claro: Washington quiere que las empresas trasladen sus operaciones industriales a Estados Unidos, ofreciendo para ello “aprobaciones rápidas y profesionales”.
Fentanilo, el eje del conflicto
El detonante inmediato de esta escalada es la crisis del fentanilo. Con más de 100,000 muertes anuales por sobredosis en EE.UU., Trump responsabiliza a los cárteles mexicanos y acusa a México de inacción. Aunque el gobierno mexicano ha aumentado algunos decomisos de droga y combustible robado (huachicol), Washington considera estas acciones insuficientes.

“México me ha estado ayudando a asegurar la frontera, pero lo que ha hecho no es suficiente”, reprochó el mandatario. La misiva también sugiere que los ajustes arancelarios podrán revertirse si y solo si México demuestra resultados concretos en el combate al narcotráfico.
Un señalamiento incómodo para ambos lados
A lo largo del conflicto, la administración mexicana ha evitado subrayar una verdad incómoda: el mercado de las drogas está en Estados Unidos. Se estima que entre 30 y 50 millones de estadounidenses consumen narcóticos. Más aún, informes oficiales reconocen que al menos nueve cárteles mexicanos operan dentro del territorio estadounidense, controlando rutas, distribución y lavado de dinero sin una respuesta contundente de las autoridades de ese país.
A pesar de esto, Trump ha optado por usar la vía comercial para presionar a México, mientras en su propio país la DEA y otras agencias federales no han logrado frenar la infraestructura narco incrustada en suelo estadounidense.
Estrategia mexicana: entre los abrazos y la presión
En México, la estrategia de seguridad se ha mantenido en la línea de “abrazos, no balazos”, sin que se haya desmantelado la estructura criminal ni los nexos políticos que protegen al narcotráfico. El control territorial de varias regiones permanece en manos del crimen organizado.
Este jueves, Trump tomará decisiones clave sobre el tono, profundidad y contenido de la relación bilateral. Su carta a Sheinbaum no deja lugar a dudas: los aranceles son una herramienta para doblar la voluntad política mexicana, más allá de las mesas diplomáticas.
La nueva ofensiva de Trump transforma la relación México-EE.UU. en una disputa frontal por la seguridad y la economía, donde los aranceles se usan como castigo y palanca de presión. El gobierno mexicano enfrenta el reto de responder sin agravar la tensión ni ahondar la dependencia estructural de su comercio exterior.
La Gaceta Yucatán—Redacción.